Su mirada se clavó en la mole roja y blanca. Aún conservaba el asombro de la primera vez.

¿Recuerdas cuándo nos parábamos aquí y querías convencerme de que esta estructura de metal era el futuro? Yo te dejaba hablar, lo hacías con tanta ilusión. Lo único que me importaba era formar parte de tu futuro. Hasta me dijiste que me llevarías a visitar la torre original, que estaba junto a un río de ensueño. Ya ves, hay cosas que no cambian. París sigue existiendo para mí sólo en fotografías.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS