NOCHE
Renacen las sombras y vencen al día,
se ocultan los colores,
la visibilidad es comparable a la ceguera
y brotan los miedos más inverosímiles;
el manto oscuro se yergue poderoso,
intratable y voraz,
y lo engulle todo a su paso,
se hace gigante devorando cuanto encuentra y sigue, imparable,
hasta el primer claro de luna, que desafía a lo imposible con su débil y opaca luz.
La mezcolanza abre caminos
y aparecen extrañas y confusas formas,
y el temible manto oscuro pierde vigor
y torna a bella la noche.
La Luna pide su espacio, pero es desoída,
y el fragor de la batalla tiñe de claroscuro el cielo,
pero prevalece la noche.
Oscura noche,
beldad en detrimento
del claro día.
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