MARGARITA
Dejé que decidiera el azar,
Pues ni mía era ni mía podría ser;
¿Quién era yo para poseerla?
Ella es de ella
Y a nadie más pertenece.
Pero mi amor,
Que surgía de forma irrefutable,
Se manifestaba abiertamente,
Sin temores y decidido,
Deseoso por que aquella fina y nívea piel
Pudiera ser acariciada por mis manos,
Y por que mi corazón,
Que en aquellos momentos era soberano,
Pudiera entregarse sin ambages.
Me asaltaba la duda,
Lógico óbice inesperadamente venido,
Pues la incertidumbre
Es creadora de infinitas disyuntivas,
Y ansiaba alejar mis dubitaciones
Para espantar mis miedos.
Por eso deposité mi confianza
Y jugué al «sí o no; me quiere, no me quiere…»
Y te deshojé,
Sí, te deshojé,
Margarita; quería
Saber de su amor.
Julio´21
OPINIONES Y COMENTARIOS