Tan solo por curiosidad
a veces me gustaría condensar todas mis emociones
en un punto
y dárselo de comer a los patos.
El primero que picoteara llevaría premio.
Ese pato comprendería definitivamente lo que vale un peine.
De sus plumas brotarían mujeres gordas enjabonadas,
brotarían suaves ojeras y gominolas sabor sandia,
brotarían poetas chasqueando los dedos,
brotarían galaxias fornicando a pelo
y manadas aceleradas de gente confusa
y los espejos rotos de la juventud
y las monedas tronchadas de lo peor del ser humano
y los clitoris hermosos de las gotas de lluvia
y la palabra amistad,
con todos sus matices de hierbabuena.
Brotarían símbolos sonrientes
y versos tachados a base de muecas color cementerio.
Brotaría vida y descaro.
En definitiva ese pato tendría que cambiar de lago.
Hacer oídos sordos a los picos ajenos
y construirse un hogar
lejos
del mundanal cuac
Comida para patos
Etiquetas:
poesía
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