“Quien tiene un porqué para vivir 

encontrará casi siempre el cómo.” 

Viktor Frankl (1905-1997)

Cuando el peso de los años me obligó a dejar el ejercicio de la medicina y la actividad de psicoterapeuta percibí, que la vida se detenía y una sensación de vacío interior inundaba todos los espacios de mi existencia. A medida que el tiempo trascurría, los espacios vacíos los llenaba de nostalgias y recuerdos de viejos tiempos, sensaciones éstas que dejaban un dejo de tristeza, que acompañaban mis noches de insomnio.

Una de esas tantas noches sin dormir y de esperar un nuevo amanecer sin nada nuevo que ofrecer, mi pensamiento viajó en el tiempo y trajo a mi memoria aquella célebre frase que aprendí un día. “El tiempo libre para los que no saben qué hacer, es tiempo vacío, tiempo para enfermar y esperar la muerte». En ese instante pensé para mis adentros. —No puedo perder el sentido de la vida, la vida es el camino y debo continuar la marcha con rumbo cierto, porqué más allá de la medicina y la psicología existe algo más que me permita avanzar y ser útil, algo nuevo que aprender, que le dé sentido a la vida.

Al amanecer de ese día abrí la ventana y sentí un aire fresco. Alargué la vista hasta el horizonte y me di cuenta, que aún me quedaba camino por andar y como las oportunidades no perdonan retraso decidí contabilizar mis fuerzas, que me permitieran continuar el camino para escribir la historia de lo ya vivido y por vivir, porque siento que aún me quedan fuerzas y tiempo para aprender.

Hoy estoy aquí con el tiempo apoyado sobre mis espaldas, pero con el deseo inmenso de continuar, porque aunque parezca que concluye algo, aún sigue, porque queda tiempo para ver los años pasar y un otoño florecer.

Etiquetas: reflexión

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