Prologo
Cinco de noviembre de 2020, una fecha marcada en la historia de la humanidad, como el principio del fin. Un acontecimiento que causó grandes efectos en el mundo, a nivel social, político y por último científico…
Una gran tormenta solar llego hasta nuestra luna desintegrándola por completo. Resultaba muy extraño y perturbador, no ver la luna por la noche. Las flores brotaban a destiempo, floreciendo en algunos casos durante las horas de más calor del día, luchando en contra de su propia biología. Los animales tampoco sufrieron mejor suerte que las plantas, y también se vieron afectados. Los lobos no aullaban, los búhos no ululaban, incluso los seres humanos más sensibles al influjo de la luna, quedaron trastornados, tras la desaparición del satélite de la tierra. Cambiaron las corrientes marinas, y provocaron grandes cambios en las zonas costeras, tanto a nivel biológico como social. Ciudades costeras de todo el mundo, que vivían gracias al turismo se vieron afectadas. Solo quedaban casas abandonadas, y en muchos casos destruidas tras los primeros desastres. Aquellas ciudades habían quedado alejadas de las playas, y no eran atractivas para los turistas, convirtiéndose en pueblos fantasma.
Mientras la gente corriente sufríamos estos primeros cambios, importantes científicos investigaban el efecto negativo en la rotación de la tierra, sobre sí misma o sobre el sol. Los datos fueron concluyentes, y con el paso del tiempo el eje de la tierra se iba a ver afectado. Se preveía que cambiara también la órbita del planeta sobre el sol. Con el paso de los años y tras muchas investigaciones, disponían de suficientes datos para que con la ayuda de físicos teóricos, resolvieran la nueva órbita terrestre.
Según esta teoría nuestra nueva órbita sería una elipse alrededor del sol, pasando varios meses alejados de la estrella que nos da la vida, y provocando cambios drásticos en la temperatura convirtiéndonos en un planeta helado. Por supuesto existía la otra cara de la moneda, y pasaríamos tan cerca del sol que llegaría a destruirnos, esto sucedería poco a poco y con el paso de los años. Concluyeron que el planeta sería destruido quince años después de la desintegración de la luna, por lo que pusieron en marcha el proyecto más grande jamás creado, a nivel gubernamental con la participación de todos los países del mundo. Tenían siete años por delante para encontrar la salvación para la humanidad, por supuesto nosotros, la gente de a pie no tuvimos constancia de nada hasta apenas 24 horas para el final.
Capítulo 1
Aquel verano estaba resultando ser, el más caluroso de todos los tiempos. Así lo hacían ver los datos que tenía frente a mí, sentada en una mesa al fondo del bar-cafetería El rincón de Monty, disfrutaba de una de mis debilidades, el café, mientras terminaba de leer el guión del noticiario de mediodía. En esta ocasión mi café, era con hielo. Los datos que leía en el parte meteorológico, mostraba a través de los gráficos, el aumento de la temperatura de todo el planeta.
El bar lo regentaba un matrimonio joven. Era mi lugar favorito, todos los días tomaba allí un café, antes de entrar en el plató de televisión. Se trataba de una pareja estupenda, abiertos y amables los dos, se convirtieron en unos verdaderos amigos para mí. “Como había cambiado todo” pensé, cuando era una niña pequeña, el mes de noviembre siempre había resultado frío, y desapacible siendo la estación de otoño, “¿Ahora?”, el mes de noviembre era claramente el verano. Pasar al sol más de cinco minutos, sin protegerse de alguna manera, provocaba quemaduras de primer grado, y siempre era mejor ir bien abastecido de agua, pues las temperaturas eran tan altas, que la deshidratación era notable.
-Montse, Tino, me voy a trabajar. Nos vemos mañana.
-Que tengas un buen día Jane. –Contestaron ambos al unísono, ella desde la cocina, el detrás de la barra.
-Igualmente chicos. –Me despedí de ellos y salí a la calle.
Me protegí la cabeza del sol, con la Tablet y corrí hacia mi coche, para dirigirme al trabajo que estaba muy cerca de la cafetería. Aparqué y entré en el estudio de grabación, allí el ambiente era fresco, aunque todo el mundo corría de aquí para allá, estresados con sus quehaceres.
Llamaron a la puerta del camerino, la voz del regidor me informo que salía en cinco minutos. Me levanté de la silla, estiré mi traje de falda y chaqueta y me dirigí al plató. El noticiario de mediodía, me pertenecía desde hacía seis meses, y me encantaba mi trabajo.
Me senté en la silla, y tuve que parpadear repetidamente cuando me puse frente a los focos, ya encendidos. Detrás de estos, entre las sombras, la actividad siempre era frenética, esto se debía sobre todo porque al realizador, le entraba siempre un ataque de pánico cuando se sentaba frente a los monitores, y eso nos hacía saber a nosotros que quedaba un minuto para entrar en directo. La maquilladora que estaba junto a mí, se había llevado la mano a la oreja. Recibía instrucciones desde arriba e inmediatamente se puso en marcha, me dio unos cuantos retoques, con sus polvos compactos sobre mi frente y nariz. Uno de los ayudantes de cámara, comenzó la cuenta atrás.
-Y entramos en cinco, cuatro, tres…
Terminó la cuenta atrás con sus manos, marcando de forma enérgica con los dedos… dos, uno… me dio paso.
-Buenas tardes a todos, soy Jane Johnston, bienvenidos a esta nueva edición del telediario. – El realizador dio paso al vídeo con los principales titulares… la luz roja de mi cámara se apagó, y se encendió otra de mi izquierda.
-Hace trece años, en un día como hoy, se produjo la destrucción de la luna, y como todos los años en nuestro país al igual que otros muchos, se celebran reuniones religiosas y otras que no lo son tanto… vean. –Dije a la cámara con la luz roja encendida.
El realizador metió el vídeo con el reportaje, y así una noticia tras otra, se fueron sucediendo todas, hasta el final del noticiario, donde le daba paso, a la chica del tiempo…
-Dinos Beatrice, ¿Qué tiempo nos espera, para esta semana que entra? –Mi cámara de nuevo se apagó.
Cuando nadie me prestaba atención, reclinaba mi espalda sobre la silla, y estiraba disimuladamente mis piernas bajo la mesa. Aquello me daba la energía suficiente para acabar el programa. Cuando doblaba de nuevo mis piernas, para volver a sentarme derecha una voz gritó en mi oído.
-¡Jane, tienes que interrumpir a Beatrice, es muy muy importante! –Me he golpeado las rodillas con la mesa por el susto. “Esto dejará marca” Pensé.
-¡Joder… Ben, esto duele! ¿Podrías alguna vez, tener un poco más de cuidado? Es mi oído donde estas chillando…
-Lo siento, pero esto es muy importante. Su auricular no funciona, está todo el mundo avisado, y solo esperan que interrumpas su guión, y las cámaras volverán a ti.
-¿Qué ha pasado?
-¡Mierda, tú solo haz lo que te he dicho! yo te iré diciendo los detalles.
-¡Beatrice, discúlpame un momento, pero debo interrumpirte…!
Se encendieron los focos y la luz roja bajo la cámara de mi izquierda, justo donde yo estaba apoyada para dirigirme a Beatrice. Ella me miraba estupefacta desde su pared verde. Me incorporé y me coloqué mejor sobre la silla, la cámara cambio a una que tenía frente a mí, mientras el realizador me iba diciendo al oído lo que tenía que decir.
-… tenemos una noticia urgente que comunicar a nuestros telespectadores, y que no puede esperar a la edición de la noche, tenemos pocos datos en estos momentos, pero tendremos ediciones especiales para mantenerlos informados… dos centrales nucleares de Japón han estallado en las últimas horas, se trata de la central nuclear Tomari y la segunda que ha explosionado hace solo unos minutos, es la central nuclear de Sendai. Están situadas en extremos opuestos de la isla japonesa, otras diez están en alerta máxima, disparadas todas las alarmas debido a las altas temperaturas. Eso es todo lo que sabemos hasta el momento, les mantendremos informados… Que tengan una feliz tarde.
Mientras recogía mis papeles, las luces empezaron a apagarse, pero sabía que las cámaras seguían funcionando. Cuando me levante de la silla, salí casi corriendo en dirección a la cabina del regidor… Para cuando llegué allí, los monitores estaban todos fundidos en negro. La única iluminación de la sala, provenía de unos fluorescentes de una luz blanca azulada, que se encontraban empotrados entre el suelo y la pared. Como todo era tan negro, el lugar parecía siniestro y claustrofóbico, no me gustaba nada visitar aquella sala.
-¿Sabes algo más? –Pregunté nada más entrar.
-Nada en absoluto. –Negó el regidor.
-¿Me necesitas por aquí?
-No aquí exactamente, pero quiero que estés disponible toda la tarde de hoy, quiero una edición especial esta tarde, cuando tengamos más información.
-Estaré en casa toda la tarde, avísame cuando quieras y me paso por aquí. –Me despedí mientras cruzada la puerta.
Ya en mi camerino, me desnudé y guardé el traje que habían escogido para mí sobre el perchero. Me cepillé el pelo con fuerza, eliminando cualquier rastro de laca que me habían puesto, para mantener el peinado. Me quité el maquillaje pero delineé suavemente mis ojos, extendí un poco de brillo en los labios y me puse mi ropa.
Aquel día llevaba puestos mis vaqueros favoritos, desgastados y rotos en varios lugares, fue necesario romperlos. Un día del primer “verano de los infiernos”, así los bauticé, llevaba puestos esos mismos vaqueros, solo que nuevos. Se me apretaron tanto al cuerpo al salir a la calle que me asfixiaron, provocando una lipotimia o pequeña pérdida de consciencia. No podía deshacerme de ellos y los modifiqué, rasgando aquí y allí de manera estratégica, de modo que ahora resultaban frescos y cómodos. Una blusa de tirantes, unas sandalias planas, y un gran sombrero para cubrirme la cabeza. Por último la chaqueta térmica, era de color negro, muy intenso. Estas chaquetas recogían el calor, transformándolo en frío, debido a las fibras que lo componían.
Salir del estudio de televisión resultaba ser un acto insoportable, el trayecto entre un edificio climatizado y tu propia casa climatizada podía convertirse en peligroso. Vivía en un piso céntrico de la ciudad, un edificio moderno de apartamentos. Al entrar en el garaje de mi edificio, mi vehículo inmediatamente cambió del color blanco, que lo cubría por completo, por el negro, debido al cambio de temperatura. Según la guía de seguridad del vehículo, esto era el modo defensa, una cualidad que poseía el coche de protegernos, en este caso de las altas temperaturas y rayos solares. Aparqué el coche en mi plaza y me encaminé hacia el ascensor.
El ático era mío, un espacio completamente diáfano, con un gran ventanal que daba a unas magníficas vistas del río. La cocina, el salón, y el dormitorio eran todo junto, una gran unidad dentro del apartamento. Me gustaban los espacios abiertos y luminosos. Una luz roja parpadeaba en el teléfono, que había dejado esa misma mañana sobre la barra de desayuno. “¡Tienes un mensaje!” pensé alegremente. Era mi madre, que quería hablar conmigo, pues había visto las noticias. Dejé mis cosas en la cocina y me llevé el teléfono conmigo, marqué el teléfono de mis padres mientras me dirigía hacia el baño, quería una ducha fría para refrescar mi sobre calentada piel. Mi madre cogió el teléfono al segundo tono.
-¡Hola mamá! ¿Qué pasa?
-Que pregunta más tonta. ¿Sabes algo nuevo?
-Nooo. –Contesté acentuando la negativa. –Pero me llamarán y daremos una edición especial, en caso de que haya noticias nuevas.
-¡Ay, hija! Qué pena toda esa pobre gente.
-¿Hablamos más tarde, no te importa mamá, verdad? Acabo de llegar a casa y quiero darme una ducha. Si tengo noticias te llamo.
-Sí, perdona. Refréscate y ya me llamarás, o mejor no. La falta de noticias, son buenas noticias, ¿no?
-Eso dicen, te quiero mamá.
Me desvestí rápidamente, entré en el interior de la ducha, y abrí el grifo del agua fría. El agua se calentaba rápido al contacto con mi piel, y eso que el sistema de depuración de aguas que había instalado en el piso, era uno de los mejores. Sin embargo, este hecho no le importaba a la temperatura, que con el paso de los minutos y el roce de mi piel caliente con el agua, terminaba calentándola. “Debo llamar al plató, cuando termine con esto” pensé mientras el agua fría corría sobre mí.
Mi jefe no tenía más noticias importantes que dar, como para interrumpir la programación del canal televisivo, y se despidió rápidamente hasta el día siguiente, momento en el cual comenzaría una nueva edición de noticias.
SINOPSIS
Novela de ficción romántico-erótica, que nos cuenta el éxodo de una parte privilegiada de la humanidad, en busca de un planeta donde sobrevivir, a causa de la destrucción de la tierra. Jane una periodista muy audaz y Jack el piloto, vivirán una tórrida relación a bordo de la nave que se verá truncada por los acontecimientos. Nuestra protagonista, y su subconsciente, una voz que Jane escucha en su cabeza y que poco a poco se convierte en un personaje más de la trama, descubrirá los planes ocultos de los humanos con malas intenciones, pero no podrá evitar el desastre que se les avecina. Wine es uno de los seres alienígenas que recibirá a los humanos, y que se interpondrá en la relación entre Jane y Jack, formando un triángulo amoroso con un impredecible final, tanto para ellos tres, como para el resto de los humanos.
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