¡¡Cambiooooooo!!

Esta es nuestra palabra comodín: nos sirve para todo. La escuchamos casi a diario, con esa entonación que sólo Hugo, nuestro monitor de Aqua Gym, es capaz de darle. Hugo es una especie de Adonis, soso como él solo y que huye del azúcar como de la peste así que es normal que tenga el cuerpo que tiene: para perderse en él…pero sólo un ratito…Además del cuerpazo que suele esconder pudorosamente, su cara y su sonrisa nos alegran los días que tenemos clase. Bueno, los días que decide sonreír porque, como ya he dicho, es un soso. Y un cotilla.

El Club es un espacio deportivo muy cool: tiene unas instalaciones magníficas y privilegiadas pero su gran hito, desde nuestro punto de vista, es que unió a Las Damas hace un par de años; unas Damas que no tenemos nada que ver las unas con las otras pero nuestra unión nos permite aislarnos del mundo el tiempo que pasamos juntas. Atravesar la puerta del Club implica entrar en esa realidad paralela que nos hemos creado y que, en parte, sólo conocemos nosotras. Decidimos crear un grupo privado, tipo Rotary, donde hemos consensuado que no haya cabida para nadie más: Cerrado y Exclusivo, esas son las premisas fundacionales. Ejercemos presión en el Club para conseguir objetivos deportivos…y alguno extradeportivo también.

Crear el grupo de whatsapp nos ha unido aún más y nos permite, dentro de nuestras jornadas laborales, reírnos con un chiste que manda Yoli o comernos a besos virtuales a los dos peques de Las Damas; sus madres aún no nos los dejan físicamente…son unas cobardes!

Si tengo que hablar de Yoli, diré que es ternura y picardía a partes iguales. Su nieto nos tiene loca y lejos de ser la típica abuela cebolleta, es una tía con gran sentido del humor, mucho flow y ganas de comerse la vida a bocados, pero a bocados de los grandes. Se merece lo mejor puesto que ya tuvo su ración de amargura en el pasado así que, ahora, está en esa fase de disfrute sosegado. Yoli se deja llevar…hasta que decide que no. La prefiero como amiga que como enemiga. Cuando se putea con algo pone una cara…y esos dientes blancos tan grandes me matan… parece que tienen vida propia: son agresivos y aterradores. Seguro que alguno de sus “follamigos” se acordará de ellos.

No tiene nada que ver con Mamen, nuestra fundadora, una cincuentañera pre- jubilada que organiza a todo el que se deje organizar. Tiene ese lado oscuro que todos llevamos dentro y que no se corta a la hora de mostrar. Ha revisado tantas obras y reparaciones en empresas y domicilios que tiene un conocimiento súper avanzado en todo tipo de herramienta y maquinaria: la BIENAL que se celebra en el BEC equivale a una orgía para ella; a veces es un coñazo escucharla, la verdad. Además, se presenta a un montón de concursos culinarios que nunca gana y se agarra unos mosqueos impresionantes: siempre hay tongo, o le tienen manía o hay alguna enchufada…menos mal que se le pasa con dos vinos. Lo peor es cuando se viene arriba y se empieza a poner dramática…no la soportamos. Eso sí, su bondad no tiene límites y, gracias a que un día coincidimos ella y yo en clase de Hugo, existen Las Damas. Por eso, ella es la Fundadora y yo la Co-fundadora.

Nuestra Mamen hace muy buenas migas con Jasone, que es la más pájara del grupo: no sólo porque lleva el pelo de punta, sino porque se las sabe todas: no sé si por vieja o por qué, pero es la más lista con diferencia. Jasone dice ser adinerada pero no sabemos si creerla…nos tiene despistadas en este aspecto. Nunca ha trabajado fuera de casa así que, posiblemente, haya heredado de sus padres, originarios de Bermeo: se dice que en los pueblos hay mucho dinero escondido debajo de las baldosas de la cocina. El dinero y la edad son temas tabús con Jasone…creemos que ronda los 70 pero, como se ha hecho varias operaciones de estética, no sabemos calcular… a ver si se emborracha un día con Mamen y lo larga! Lo que más admiramos de Jasone es su generosidad pero no en sentido económico, porque que es tan tacaña o más que Marta, sino por su actitud ante la vida.

Luego está Ana, que hace honor a su título de Gran Dama del Club. Una loca, pero loca de las de verdad que sólo piensa en comer ostras en El Puertito. Es peluquera y su destreza con las tijeras, tintes y demás compuestos químicos necesarios para embellecer a sus clientes, son asignaturas aprobadas SUMA CUM LAUDE, según ella… Practica consigo misma y así viene a veces…hecha un cuadro y con unos estropicios en la cabeza de PM. No sé como confiamos en ella: a Jasone le ha hecho averías de las gordas; siempre le toca a la pobre… alguna vez he pensado que le tiene manía por tener dinero. Lo que es la amistad… un día apareció Jasone con el pelo y cuero cabelludo quemado y le dijimos que estaba preciosa. A Ana le aseguramos que nos encantó cómo la había dejado: menos mal que era invierno y se podía poner gorros. Lo que no entendemos es cómo no cuida más su apariencia: se supone que ella es la imagen de su pelu y lleva unas pintas…la semana pasada salimos a cenar y ese color verde pistacho en el pelo le sentaba como el culo: qué fea estaba. Encima se le dio por ponerse unas mallas rojas…Venía tan quemada del curro que no le dijimos nada y dejamos que hiciese el ridículo por toda la Calle de Los Olmos. Total, de noche todos los gatos son pardos… Ana es una tía muy TOP en todos los sentidos: es inteligente, bien relacionada, cariñosa y súper divertida.

Y sólo me queda presentaros a Marta. Marta da un poco de miedito con esa mirada perdida que, a veces, le asoma en el SPA. No sabemos si es que se queda embobada mirando el cuerpo de Hugo (es que está muy necesitada, la pobre) o es que tanto producto tóxico en el laboratorio han hecho mella en su expresión. Está hasta el gorro de hacer más y más analíticas, excepto cuando recoge las de altos cargos: entonces sí que viene animada contando cotilleos. Pero hacer analíticas a las viejas le pone enferma; creo que por eso odia a la que se pone a su lado en la taquilla. La verdad es que a mí esa vieja también me da asquete…Marta se desestresa con la repostería: tiene máquinas, moldes y recipientes para endulzar a medio Bilbao. A veces pienso que debería de utilizar sus herramientas en positivo y ser más solidaria porque, además de tacaña, es un poco gorrona. Siempre está pidiendo que le compremos ingredientes, tuppers y algo que se llama panela… que aún no sabemos qué demonios es y eso que nos lo ha explicado mil veces: nos desconectamos cuando empieza con sus recetas. No se puede ser más buena, leal y concienzuda que Marta.

Y yo…a mí ya me iréis conociendo y es que describirme me da mal rollo… No sé qué pensarán las Damas de su Cofundadora pero, sinceramente, me la trae floja. Con que me rían las gracias me es más que suficiente. No les pido más.

Adoro a Las Damas porque nunca nos juzgamos: escuchamos, decimos barbaridades, nos contamos muchas cosas íntimas pero no nos sometemos a esos Tribunales de la Moral que son tan habituales en otros grupos: sólo nos escuchamos y nos comprendemos. Tenemos gran rollazo y sabemos que, parte de nuestras compañeras en el Club, nos envidian. Y esa envidia es la que da lugar a malos entendidos y reacciones desmedidas y es que Las Damas no filtramos….

“Las Damas no filtramos”…me repito en mi cabeza…

El ciclo de matriculaciones en un gimnasio se corresponde en el tiempo con los fascículos que anuncian en TV: Septiembre y Enero, sin olvidarnos de los patéticos que creen que, si se apuntan en Semana Santa y se compran un “Quemagrasil”, lo tienen ya hecho: “Menos plato y más zapato” es el lema que hay que seguir a rajatabla durante el año. Y ni aún así…

Cuando la gente se da cuenta de que los excesos de verano, Semana Santa y Navidades han pasado factura, deciden apuntarse a un Gym. Unos lo eligen por cercanía, otros por instalaciones, otros por precio…cada uno tenemos nuestro criterio y está claro que al Club no vas por precio…vete a saber cuáles fueron los motivos que llevaron a Las Intrusas a matricularse en nuestro feudo.

Cuando hablo de Intrusas me refiero a tres tipejas que cayeron por aquí…Y aún no nos explicamos qué o quién demonios las trajo. Las intrusas no tenían nada que ver entre ellas, en eso coincidían con las Damas y jamás llegaron a nuestro nivel de cohesión: posiblemente, ese fue su mayor error…además de matricularse aquí. Es más, creo que ni llegaron a ser conscientes de que fuimos nosotras, las Damas, las que las metimos en el mismo lote.

La vieja que nos daba asquete, la pelirroja con cara de lerda y la chupi guay que sólo tenía ojos para Hugo: más tarde nos enteramos de que se conocían desde hacía tiempo pero eso no nos importó ni lo más mínimo…éstas fueron las Intrusas que pretendieron amargarnos nuestra plácida existencia en el Club.

Empecemos con la vieja roba-taquillas. ¿Cómo describirla? ¿Sabes cuando una persona te da repelús y ese repelús va in-crescendo día tras día? Aunque intentamos ser pacientes, amables y dialogantes con ella, fue imposible para Marta y para mí soportarla y, por ende, para el resto de Las Damas. La vieja ésta decía que no sudaba. Ja, no se lo creía ni ella; lo que era, era una guarra que no se duchaba y que no lavaba la ropa porque no veas cómo olía: ese tufillo rancio de las casas de las viejas que no se ventilan. Tremendo tenerla a tu lado cotorreando chorradas con su mono negro día tras día…un suplicio de tía. Y encima oliendo a rancio: qué ascazo! Su deporte era leer el periódico en la bicicleta estática y, por supuesto, coger las taquillas que, por derecho adquirido, teníamos ya adjudicadas. Quien viene de otro gimnasio sabe perfectamente que las taquillas se respetan… lo mismo que las duchas y la vieja se saltó esa norma no escrita. Posiblemente, la edad la volvió descarada e irrespetuosa.

La pelirroja con cara de lerda fue un suplicio en las clases de Hugo…pasamos por varias teorías a lo largo de los meses que duró en el Club: que era un poco límite, que se hacía la tonta para caer bien, que nos estaba vacilando, que era más lista que el hambre…Al final llegamos a la conclusión de que estaba poco “cocinada”, vamos… que le faltaba un hervor. Cada lunes se iba superando a sí misma en mongoladas y llegó un momento en que decidimos que no podíamos más con esta tía. Y por no hablar de sus estilismos…esas faldas trapezoidales de cuadros con zapatos tipo Crocs y unos jerséis incalificables que me ponían los pelos como escarpias cada vez que la veía…y eso era todos los días impares de la semana. Esta anormal pecó de eso… de anormal…y de chunga, que era muy chunga.

Y luego nos queda la chupi guay amiguita de Hugo: ésta sólo servía para protestar por el volumen de nuestra clase de walking y montarle pollos al monitor. Una déspota y una maleducada que no encajaba en nuestros esquemas. Tenía tipazo, hay que reconocerlo pero su cara… su cara era una desproporción tras desproporción: no había simetría de cuello para arriba en ninguno de los órganos pares: ojos, orejas, cejas…era lo más desagradable que había visto en la vida: si la hubiesen construido, no podrían haberlo hecho peor: se le debía de hacer muy duro mirarse al espejo diariamente. El pecado de esta intrusa fue meterse entre Marta y “su” Hugo, aunque fuera inalcanzable. Es que con lo fea que es la pobre como para hacerle la competencia desleal. ¡Y ya se sabe que en el pecado está la penitencia!

Lo que Las Damas no fuimos capaz de calibrar fueron las consecuencias que nuestros YO más salvajes, negros y oscuros iban a traer: tanto a nosotras como a los que nos rodean: si lo hubiésemos sabido, nuestros planes hubieran sido otros. Pero ahora ya es tarde, muy tarde, más tarde que nunca…de hecho, jamás había sido tan tarde para Las Damas.

El año empezó con normalidad en el Club y por normalidad me refiero a que siempre debemos soportar las nuevas incorporaciones en Enero y a que el día 2 ya estamos a partir las 7 de la mañana esperando nuestra clase.

Las Damas optamos, en bloque, por 2 actividades: Aqua gym con el adonis de Hugo y Walking que es más cañero. Sí que es verdad que entrenamos otras modalidades también pero éstas son las principales: las que nos unen y donde damos rienda suelta a nuestro verdadero yo.

SINOPSIS:

Un grupo de desconocidas se conocen en un gimnasio muy top y se convierten en Las Damas, creando grandes lazos que se verán reforzados cuando lleguen Las Intrusas y deban de librarse de ellas por diferentes «métodos».

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