Eran las 08:30h de la mañana, primavera, en las calles ya se oía el ruido de los coches, los niños jugando y riendo yéndose al colegio, los comerciantes abriendo sus pequeños negocios de un pequeño pueblo de Teruel, Valderrobres.
En una de las casas del Pueblo está Diego, tomando una taza de café recién hecho, sentado frente a la chimenea, está terminando de leer unos contratos como favor personal que le encargó su amigo de la infancia Jorge,el Alcalde del Pueblo.
Ha quedado con él para entregárselos en el Castillo de Valderrobres.
Es un Castillo que tiene su origen a finales del S XII (1431- 1456). A finales del S. XIV, el Arzobispo García Fernández de Heredia comienza la transformación del castillo defensivo en un palacio episcopal.
A día de hoy, el Castillo se ha convertido en un espacio para la cultura en donde se organizan exposiciones, Congresos, actuaciones de música.
Diego se distrae un momento mirando la ventana. Se le dibuja una sonrisa en la cara recordando aquellos años que jugaba con su hermano Marco en la nieve haciendo muñecos de nieve, tirándose con un trineo, paseando en bici,.. tomando tazas de chocolate recién hecho. De repente suena el teléfono, es el Alcalde.
Jorge (Alcalde): Buenos días Diego, ¿qué tal?
Diego: Buenos días amigo, acabo de terminar los contratos, iba a empezar a arreglarme, ¿qué pasó?
Jorge (Alcalde): ha pasado algo, ¿podemos adelantar la cita para dentro de 1/2h?
Diego: Si, sin problemas. ¿Me puedes dar algún detalle?
Jorge (Alcalde): Por teléfono no, es bastante delicado, te espero en el Castillo, no tardes por favor
Diego: Tranquilo Jorge, me arreglo y voy
Nada más colgar, Diego se dirige al baño, no deja de dar vueltas a la conversación mantenida con su amigo, algo le inquieta.
No tarda nada en arreglarse, coge las llaves del coche y se dirige al Castillo. No tarda nada en llegar.
Nada más aparcar se dirige hacia el castillo, en la entrada le espera la secretaria del Alcalde, con gesto descompuesto le acompaña a las Caballerizas.
Las Caballerizas es la única sala que conserva su techo original, una bóveda impresionante de cañón apuntada.
Nada más entrar, ve al Alcalde que le hace señas para que vaya, la secretaria se va de la sala.
Diego: Buenos días Jorge, ¿qué pasó?
Jorge: Acompáñame Diego
El Alcalde y Diego se dirigen hacia unas escaleras desde el recibidor, enseguida encuentran la sala Capitular, esta sala en concreto tiene la peculiaridad de estar rodeada por un banco de piedra. Allí, encuentran a una joven morena, que rondará los treinta. Está tendida sobre el banco de piedra que rodea la sala, tiene un corte en la carótida, que es lo que le ha producido la muerte.
Diego: ¿Sabes que ha pasado Jorge?
Jorge: No Diego, te lo juro. Me llamaron a primera hora de la mañana desde un número privado citándome aquí. Le pregunté quien era pero me colgó. Me puse el abrigo, el maletín y me vine aquí, y descubrí todo.
Diego: ¿Has llamado a la policía? ¿La conoces?
Jorge: Todavía no, esperaba a que llegarás tú. Sí, trabajó hace tiempo en el Ayuntamiento. Se llamaba Lara.
OPINIONES Y COMENTARIOS