Versos prohibidos, No. 1 Callar al silencio

Versos prohibidos, No. 1 Callar al silencio

Antonell

30/04/2021

Tomar pluma y papel llega

a ser mi propio ritual

cuando escribir a ciegas

termina en un sufrir visceral.

Sin empezar llega a su fin

y me alojo en el portal,

llamadme el Merlín latín

el pagano más espiritual,

solo si dudan del mortal

que del dolor hizo un templo

para ahogar el bullicio

en melodías y sereno,

para crear la paz del bohemio

que no conoció el silencio.

Con el ruido interno

caminando a tientas

hacia su propio averno,

corre, huye, sálvate.

En el bullicio y el tormento

el sufrimiento no es eterno

pero tampoco pasajero.

En el bullicio y el tormento

hago cirugía con agujas de reloj

para no dejar morir al tiempo.

En el bullicio y el tormento

transformo cada sentimiento

en ecuaciones que no resuelvo.

En el bullicio y tormento creo

que me pierdo a cada trazo

que rayo sobre el lienzo,

intentando recordar lo que quiero.

Entre el bullicio y tormento

no hay más que oscuridad

y voces que jamás encuentro,

voces de una amarga verdad.

Maldigo la vida que llevo

y como me vuelvo preso

de cada beso en verso

que pruebo y recuerdo.

Solo duermo sin soñar,

escribo para extrañar

y escribo queriendo amar

pero termina en «intentar».

Maldigo cada maldición dolosa 

y cada madrugada eterna, sombría

pero que conforta y da a la prosa

un origen, fin de la melancolía.

  

Maldigo la vida que llevo

y el corazón adicto al fuego,

sigo y no olvido aunque debo,

bueno, el dolor que pruebo

es el mejor sin ser lo que quiero.

Etiquetas: reflexión

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