No hay sueño más largo que la noche (Libro)

No hay sueño más largo que la noche (Libro)

No hay sueño más largo que la noche

(POEMAS)

1

Te acercas, sólo miro yo tus piernas
esperando que en el pecho de tus talones, una flecha
de la ballesta de un tropiezo se te clave
y tu vuelo derrumbe entre las mesas.

2

¿Cómo te va? Muy bien gracias,
es siempre la misma historia.
Por fuera siempre sonrisas,
por dentro, siempre se llora

Ése es el consuelo de la farsa,
ponerle al dolor careta,
pensar que aquel que sonríe,
también oculta su pena

Ése es el dolor de fingir
perder un quizá consuelo
de quien esté resignado, y pueda
consolar el dolor nuestro.

Ésa es la pena de la pena
darse cuenta de que existe
cuando hace fuego en el alma
y exhala el humo más triste

Saber que cuando uno goza
es ciego al dolor ajeno
saber que nadie lo sabe
nadie, nadie al dolor nuestro.

Quién supiera la vertiente
de lágrimas que yo guardo
que yo vestí de alegría
la tristeza que me ha inundado.

3

A veces abro las alas de mis velas sueño adentro
también levo anclas pero algo queda como un vigía que espera
para recoger el mundo que insiste y llama desde afuera
Porque no hay sueño más largo que la noche. Y encuentro
mil fantasmas en el túnel que ahonda hasta el centro
de mi tierra. La historia irreversible, hasta la primera
hora baja, cuando no era historia todo lo que fue espera.
Un sabor de tristeza. Un viejo cementerio. Respiro y entro.
Viejos retratos que perdieron las facciones. Ya no puedo
saber las veces. pregunto los ritos de viejos santuarios.
Nada responde. Otro olvido busca a éste. Alguien me olvida.
Y como un íntimo lumbago siento sin terror al miedo.
Porque también de algún recuerdo soy un incalculable sagrario
y es tan lejano acomodar los nombres los rostros y las veces de una vida…

4

Yo estoy acostumbrado a llorar con letras.
Ya estoy acostumbrado a escribir con lágrimas.
Ya estoy acostumbrado a escribir cuando te alejas.
Ya estoy acostumbrado a llorar cuando te marchas.

Te has ido tantas veces que ya tengo costumbre de añorarte.
Siempre que te escribo la última vez de ti es de partidas.
Y a que te vayas he logrado acostumbrarme.
Mas, porque siempre te me quitas, no me he acostumbrado a que seas mía.

5

Mi alma blanda ascendió el espinoso calvario de la tuya.
Mi alma te rogó, como pasa el viento cerca de una piedra.
Tu alma fue sorda y ciega como la piedra, como la piedra, dura.
Mi alma tuvo de llamarte, un callo en la garganta, y fue piedra, mi alma de cera.
De nuevo se tocaron nuestras almas, y su toque fue la tos de un pétreo golpe.
Como dos piedras hacen chispas y encienden la yesca seca de un prado,
así chocaron nuestras almas, de piedra, con las chispas de un amor infinito.
Y llovidos de chispas, sin decir nada, como piedras, nos estamos incendiando.

Ay, ¿por qué las almas no se ampollan incendiadas, o derriten como cera?
¿Por qué no se deshielan cuando murmura un verano alrededor? Mi alma
es lava en el volcán de mi pecho.
Dime, ¿serás cuando pase piedra en mi orilla, o a mi río fundirás tu agua?

6
TU VOZ

Escucho
la brisa de tu voz
remedarse en mi mente.
Fluir irreal
en el silencio, ausente,
incolora como el alma,
pues emana tras del tiempo
y se filtra en la distancia.
El silencio
se hace denso
y me aturde en su callar.
Impalpable
oigo tu hablar,
y es tu voz, la voz del viento.
Es el eco del pasado
que redunda en el recuerdo.
Es el viento
como el tiempo,
inaquietable.
Es el tiempo cual tu voz, inalcanzable.
Empotrada en el ayer,
abstracto e impalpable
pensamiento.

7
DESENGAÑO

Condensando lágrimas tus ojos;
evaporando tu alma en tu aliento;
vertiendo tu cariño en tu palabra;
yo, creyendo.
Desnudando tu desdén, la vil mentira;
iluminando mi ceguera, lo sincero;
trepanando mi ilusión, el desengaño:
yo, sufriendo.

8

Tú no puedes en mi amor ver tanto llanto,
no te duele el dolor de mi dolor,
no te duele la ausencia de tu fe, ¡y duele tanto!,
pues no ves en mi llanto tanto amor.
Por ti mi alma nutríase de amor;
fértil amor a la semilla de la pena.

9

Quizá el caudal del tiempo
desnude aquel momento
que el espejismo de tu imaginación
cercano puerto te fingió
del amor embarcado en el olvido
y el que meta temiste de mi ilusión

10

yo quisiera trocar mi duda en fe
yo quisiera tangir lo impalpable
yo quisiera sondar lo insondable
de la verdad que verdadera no la sé
yo quisiera las palabras que rogué
de tu boca engarzadas

11

amanece tu verdad a mi ceguera
tripulando el desengaño
la mentira que a mi engaño fue verdad
fue la verdad que mentira no creía

12

En el vértice más agrio de tu boca, como una rama, lápida, que no sé
qué dolor callado avisa, torcida como un mártir.
en un rincón donde tu boca se vuelve infinita
donde las palabras son un cauce lejano
en la más herida de todas las esquinas
donde tiene el nido la melancolía
donde no puede tu sonrisa
en esa mueca que está contra la tarde
de tu boca de paloma muerta
en esa actitud vacía
lugar esperado o guardado de alguna golondrina

13

Mi momento es dos espejos paralelos
el nunca desde la frente y de la espalda
¿dónde está el muro infinito
el inmenso pie que nos demuestre cucarachas?
¡Dios, Dios, Dios! algo explota
como un delirio de naufragio sin asidero
¿dónde están los embriones más lejanos?
¿mis brazos? ¿o molinos desbocados, ciegos?

¿Qué es esta colmena con esquinas
este ajedrez indescifrable de ventanas
cuántas preguntas como brazos vacíos
cuántas ansias se ruegan, se levantan?

Ya hay un número previo un ritmo listo
Después lo habrán sabido. Los que queden
ése es el tiempo que giramos. Todo instante es perdido
¿La eternidad? tal vez si los relojes se detienen.

La rueda, el viento, la vela, el caballo. Un peregrino.
¿a quién gritarle: ¡basta! ¡ya no camines!?
Todo en balde. El tiempo es el cansancio
de lo que con la muerte se completa y mide.

14

Allí desnudos humanos
animales
agua y sed recíproca
sólo dos salvajes
allí dos, sólo carne
no beben tus almas

15

en fuentes
materiales
las copas vacías
se brindan sonoras

16
AMANTES

allí dos que se
han
mezclado
sin un poco
amarse
allí dos humanos
no dos amantes

17

Yo soy quien te oyó decir: «yo nunca olvido».
yo soy aquel que un día cosechó promesas:
yo soy quien tú no olvidarías nunca,
¿acaso ya no me recuerdas?

Yo soy aquel que un día embodegó tus ruegos
aquel que un día te secó una lágrima.
yo soy aquel a quien pediste un juramento
¿acaso olvidaste qué rogabas?

Yo soy quien dijiste que te olvidaría un día
quien te dejaría llorando para siempre de amor,
yo soy aquel que olvidaría luego,
¿acaso ya no sabes quién soy yo?

18

Está ardiendo de frío tu mirada,
mas, helada de fuego está la mía.
Ruidosos de callar están tus ojos,
y están mudas de silencio mis pupilas

Te he tendido mis manos, como cuerdas,
para hacer con las tuyas un gran ruido.
Tú encerrabas las caricias en las tuyas;
en tus manos, ya no manos, sólo puños.

19

Por qué he de ser si yo no tengo causa
por qué he de ser si yo no tengo cima
por qué ascender una montaña sin pausa
el monte de la vida, porque sí estabas
tú allí encima

20

Tú me regalaste un disco,
hace mucho, cuando aún tenía tu voz
yo no quería estelas, el barco
quise, que las marcó.
yo nunca escuchaba nunca
todo lo que escucho hoy

hace mucho, cuando aún tenía tu voz,
tú me regalaste un disco
yo quería de tu boca
y me emborraché de ese vino
la borra del disco, tan sólo
me queda desde que te has ido

Hoy este disco es un manto
un manto mojado y frío,
es un eco de ti perdida
es semilla del llanto mío
¡cómo lloro cuando se calla!
¡cuánto sufro si está en mi oído!

y ese es todo mi destino
llorar con disco o sin disco
porque tú has partido.

21

Qué fácil es llorar cuando se ama!
Los ojos se hacen lenguas y se habla.
La boca se vuelve ojo y dice lágrimas;
tan fácil es llorar, como que partas.

Qué fácil es llorar qué fácil irte!
Qué difícil comprenderte cuando dices:
ya nunca! Qué difícil ha de ser poder decirte:
yo sé que nunca adiós podrás decirme!

Qué fácil es sufrir queriendo al viento!
Qué difícil te ha de ser sabiendo
que eres viento, quererte como quiero!
Tan distante como tú está mi consuelo.

22

Antes de salir, curioso me miré al espejo.
Estaba bien el cuello, la corbata, el pelo;
pero, como la luz más brillosa de algún fuego
miré algo en mi cara, y dije a mis adentros:
Qué cara de esperanzas llevo!

Te vi. De vacío interrogante lleno.
Acabo de volver, abrí recién, ya entro.
Está oscuro todo y negro;
tomo la llave de la luz y prendo.
Iré a que me conteste de mi cara el espejo.

Soy tan poco fuera, siento tanto dentro,
que no sé cómo será mi aspecto.
La remedona cara del espejo, tengo miedo,
ya escucho que me dice, ya me veo/
Qué cara de dolor que tengo!

23

Y tú te irás con la carga de un pasado.
Y cuando a alguien quieras, quizá le digas triste
te perdone, porque antes sin saber que vendría,
cuando fui feliz contigo, lo mentiste.

24

Tengo pequeños parpadeos de olvido.
A veces sin pensar en verte luego
aunque no sepa que ya no estás conmigo,
se borra tu adiós de mi recuerdo.
Entonces sin trazar ningún mañana,
hablan los otros de ti y yo los escucho,
con la misma quietud con que escuchaba
cuando oía, sabiendo que tu adiós aún no era tuyo.
Es como un sueño que desfigura el triste,
el infinitamente triste desamparo que me hiela.
Es como el recuerdo de agua en que se tiñe,
de momentáneo consuelo la realidad desierta.
Por eso cuando sé que me consuelo en parpadeos,
para olvidar del todo quisiera ser ya ciego.

25

Yo sé que fue algún día permeable a mi palabra
tu alma y mi verdad tu fe fertilizó
yo sé que aun incolora percibía tu pupila
e impalpable aún tangías lo abstracto de mi amor
Yo sé que vanas son las palabras no creídas
yo sé que es imposible destruir tu convicción
yo sé que tú la sabes a mi verdad mentira
yo sé que hielo crees lo que es calor.

Yo sé que tú quisieras tu propia fe destruida
yo sé que tú quisieras desnudarte de tu error.
yo sé que has intentado con empeño vano
cimentar tu creencia que la duda destruyó.

Hoy tanta aridez en la fecundidad de ayer

Yo sé que aquel error navega en tu reproche
y a ti te tergiversa lo real de la verdad
el equívoco camino que arribó al pecado
yo sé que te ha dolido, mas a mí me dolió más

26

Si puedes comprender en tu dolor el mío
si puedes desengañarte del ficticio desengaño
sabe que pequé, no por no quererte
sino que el cariño me llevó al pecado

Sabe que aquel mal no desmintió mi amor
sabe que fue idioma que autoterminaste
y sabe que fue cauce en que materializó el caudal
perdóname tú para menos despreciarme
de lo abstracto de mi alma que tú no sondaste
¿Cabe? dime ¿dentro de esta ausencia
el perdón?

27

¿Es recordar, añorar?
¿es ser cofre de un volatilizado pensamiento
es tener el alma y la mente
saturadas de la niebla del pasado
el tener nostalgias?
Si quien atesora tanto soplo
invisible y de indecisa concretura
Si quien siente, inevitable la cohesión
del alma hacia el ayer
Si quien ahora siente
del sentimiento, quiere
Si quien por alma tiene un incensario
en el que sublima
la nada material de un amor
Si quien sólo es roja
de la fantástica sensación
del corazón,
es quien ofrenda un cariño;
yo, soy la herida que sangra
las lágrimas de la ausencia,
soy el escenario de lo que el tiempo
ahoga
soy el mármol cincelado
de los recuerdos y tu voz
Soy el altar donde
es mi alma la pupila
que iluminas tú
soy quien evapora para ti
la quieta brisa, lo abstracto del amor.

28

¿es sentir lo insensible,
estar enamorado?
yo palpo lo impalpable
y veo lo incoloro
¿te amo?

29

la ilusión y la esperanza
amalgamadas
el odio y el placer
amortajados
el frío quemado de calor
el alma fértil
es amor.

30

sentir en el alma vendajes
nebulosos
brisas quietas
oscuros resplandores
sentirla tímpano
de mudas melodías
, es estar enamorado,
de etéreos relentes
la uña está vestida
para ti los aliento, niña, yo te amo.

31

Quizá algún día la aridez de tu duda
fertilice el riego de mi convicción

32

solo de mí,
tangible en la nada de su aliento

33

Cuando se desvanezca
el blanco
de la luz en noche

34

El torrente raudo
que la vena atrapa
el empuje impreso
por el latir rápido
el bogar suave
y el cauce lacio

35

El chicotazo chirle de un
chorro de agua que cayó
se desgranaba de la canilla
un cloqueo de gotas

36

Vida mía amor querido
ya no más buscar hacer un verso
ya no más palabras rebuscadas
hoy tan sólo un ruego

37

Mi dios, te llames como te llames
seas lo que seas
si eres timón de mi destino
dibuja su vuelta
como dibujaste su llegada
como dibujaste su adiós
cincela en mi mañana
tu perdón.

Señor si tú eres todo,
y entre todo tú eres viento
murmúrale entre las hojas
o al lamerla con tu frío
que contaminaste las gotas
de mi llanto con el mismo frío
con que a ella tocas

38

Señor seas o no seas
si te llamas suerte
vuelve a ser mío
como al traerla.

señor seas o no seas
si eres desventura
no seas mi dios, sé el de ella
y ella quien por ti sufra

señor no la hagas sufrir

Señor si tú eres todo
y entre todo tú eres agua
dile cuando te encofre
que fuiste en mí una lágrima

señor si tú eres todo
y siendo todo, todo eres
dile que todo recuerda
lo que fue y ya no vuelve

señor si tú eres señor
y es de ti ella tu criatura
dile que me mandas sufrir
para que no sea ella quien sufra

39

Señor dile que recuerde
que hicimos los dos la culpa
que me ayude a llorar
que no alcanza el llanto mío

40

Señor haz que vuelva a mí
mas no dejes que se acerque
tráela hazme con ella feliz
hazla feliz,

41

Encarcelado en las fronteras,
del contorno, el tamaño el color,
todo, pensado de espacio alrededor
de la forma, se cercena en la ribera

42

la isoterma de mi vida
de mis recuerdos.

43

Dirá su calor
la palabra de mi canto
vestida de encajes
o con abrigo de harapos

44

¿Qué podré decirte en el primer momento?
Quizá de nuevo, que perdones, o rogarte,
Quizá otra vez, prometerte no más ruegos
con que nunca rogarte que te quedes
podré si mi yerro no deshace lo Nuestro.

45

Quise desencarcelarme de mi libertad, que dabas
y fui mendigo que te buscó teniendo sed y viéndote agua
Y mi mirada te empujaba como si fueras un
espejismo
cuando te buscaba
delante de mí
al que las huellas
nunca alcanzan.

46

¿Sabes tú lo que es un árbol?
es un tronco como cráneo,
peludo de hojas verdes.

47

toda distancia
separa

48

Tú eres ara que mi alma santifica,
altar inmaterial donde te ofrendo
liados los sentires que tú en
mi alma germinas

en amor, espiritual incienso.

49

metáfora de amor son tus pupilas
epíteto de alma, tu palabra

50

Ayer a mi sospecha tu palabra le fue
muda
mas bebí en tu voz alma diluida
epíteto de pasión es tu ternura
metáfora de amor son tus pupilas

Amanece la noche de mi duda
al alba de la fe que me ha inundado
voy palpando viento de tu voz
el amor impregna tripulando

51

No sé por qué sentí
un océano mi amor
quizá porque del tuyo afluente
el mío
en único caudal se liaron, y yo
que te amo más que nunca hoy
he sentido
un grano de la playa de mi amor

¿Cuántos más que yo he sentido te
ofrendado?
No supe la grandeza de mi amor, mas
del océano una gota, casi nada supe
una gota en un momento y en ellos vi
que más que antes y que nunca yo te amo

52

ávido hambriento; sediento de verte

53

Te tuve entre mis brazos,
te palpé con mis manos
y sentí que todo eso era,
mi realidad;
la realidad fecunda
que fue motor de mi sangre,
que impulsó mis energías,
que abrió mis internos diques
para arrojarme en el mar;
en el mar de sensaciones
que fue latido en mis sienes
y palpitar en mi pecho
tomando un caudal inmenso
que desbordaba mis cauces;
hasta que la calma dulce
sofocó la tempestad,
y ese mar embravecido
fue el océano de calma
donde el sol sus rayos cuaja
con la paz que quise hallar.

54

Acabo de reírme
y he sentido
que en la risa estoy más triste

55

Oh mis ojos mis oídos
por donde hecha sensación que entrabas
están hoy vacíos
de tu forma y tus palabras

56

Quise desencarcelarme de mi libertad que dabas,
y fui mendigo que te rogó teniendo sed y viéndote agua.
Mi mirada te empujaba, como si fueras un espejismo, cuando
te buscaba,
delante de mí como los pasos a los que las huellas nunca alcanzan.

Y te ibas,
como en el horizonte se ahogan las velas, del vuelo de las golondrinas.
así, te hacías niebla en la lejana neblina
y te ibas, cada vez más honda en la lejanía.

Y yo, sentía
vaciarme de ti en la hemorragia de la herida

57

Aquel día, yo que había sido como el aire
que no podía contener el agua y se escapaba.
Fui el cofre de un secreto que se incrustó en mí,
porque lo calló tu cara enamorada.

Yo te hablé después y tú no supiste por qué,
de tierras de riegos de semillas estancadas.
Yo te hablé y tú como si fueras yo me escuchaste
con la cara mía, como tú, enamorada.

Ahora como si la distancia pequeña entre las caras,
cuando hablamos fuese un lago
yo soy el reflejo de tu cara enamorada
tú eres la imagen de mi rostro enamorado.

Aquella lejana cara de esforzado amor
pienso, aquella que asfixió un olvido,
¿no será la tuya de todos los días?
no te quisiera la imagen, nunca, de aquel rostro mío.

58

Dime tú qué se siente en lo que por amputado ya no se siente
Dime tú que eres ese pedazo divorciado de mí
Dime tú qué sientes sintiéndome ese pedazo
como tú de mí separado de ti

Dime tú qué escuchas cuando están ya mudas las horas
Dime tú qué se ve cuando están ya sordas las pupilas
Dime tú cuando el párpado del silencio amordaza,
qué palabra te arriba, qué caricia te arropa, qué ojo te mira.

Dime tú qué se siente cuando se atraganta el alma
Dime tú si es tristeza esa hinchazón del pecho
Dime tú qué sientes, que diciendo noche,
yo sabré del día que en mi pecho siento.

Dime tú cómo es esa luz más clara
esa que encontraste esa luz más luz
mi luz era poca tu luz ahora es nada
dime ¿cuánto alumbra lo que miras tú?

Dime quién extiende sedientos los oídos
De quién sediento calmas el ansia de tu voz
Dime tú qué le dices que yo por llorar menos
haré suyo mi oído, fingiré tuyo mi amor

Dime qué le dices que ocuparás tu boca
y no podrás decirme que quien oye no soy yo
Dime qué le dices que hasta que llegue el frío
será mío el calor de mi alucinación.


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS