Caracol de luna en el vientre de la noche
(POEMAS)
1
Amigo mío, de qué sirven las palabras
si no son una manera de las cosas.
Y tú quieres las palabras con rumbo
como caminos hacia los días
o como la gente que nos hace la historia
Pero hay algunas, palabras,
que viajan o vuelven desde el nunca
como naves vacías
pero mejor como naves huecas
para que encuentres tu silencio
(que tú sabes qué palabra es)
en la soledad del barco ciego.
Esas palabras que tú o yo o cualquiera
llena a veces
como la tierra
tiene tu voz o tu voz la es
y entonces un rumbo sin sentido
un puerto sin nombre
un corazón sin nido
que te vuelve ingenuo con un niño
cuando eres la extensión del hombre
entonces das de comer a las palabras
y te comes la gente por los nombres
cuando tengas la palabra que te habrá
y el niño con que ser por fin el hombre.
La poesía es un barco roto,
está roto por el viento
porque los barcos son el viento sobre todo
y la poesía tiene el rumbo ciego.
Pero a veces amigo, amigo mío
en tus cosas crecen las palabras
y qué fácil es cantar con lo que callas
como si fueras de verdad yo mismo.
Quiero decirte la palabra que crece de la
cosa
(cuántas veces la cosa sucede a la palabra)
quiero decirte la primera vez del alma
una palabra que tiene rumbo sola.
Gracias.
2
Has precedido mi tristeza
por largas dulzuras
y ahora me quedo boquiabierto
mientras traspongo el sueño
como un laberinto muerto.
Qué me salva de morirte
si vivo sobre todo
si no vives en verdad más allá de
mi delirio.
3
Me despeño en el remanso
que se cierra sobre el hijo
caracol de luna en el vientre de la noche
me como un pan de luna en tu cerrojo
de infinitos.
Quién no siente resonar un laberinto
vigiado en el relámpago de sangre
ojo u oreja
para qué gritar
donde muerdo a Dios
con la dulzura de la miel anticipada
en una flor
4
Lentamente bajo a mi mente
Los ojos caen al alma con ritualidad de tortuga
me quedan ventanas
Pero ya puedo mirar desde lo adentro
5
Esta noche he vuelto de tus ojos con hilachas de
tu alma
se ha quedado en mis anzuelos como el
musgo de la roca
6
Esta mañana las almas tras el sueño
han vuelto desordenadamente a las cosas
El viento musica
las hojas confundidas parpadean
labios de pájaros.
7
Lentamente gotea el eco de mi corazón
(caminante triste de los suburbios de
mi sangre)
(la vergüenza, como un orgasmo
solitario crudo y pálido melodiza)
(piedras enmielecidas) derretidas.
8
Me ha quedado la sal de tu voz
como un sabor a música
9
Tengo el alma llena de humo
y no encuentro el aire en el aire
para mi tristeza
todo es sorbo de algodón
las cosas tienen la afonía de las ventanas empañadas
10
campanas derretidas
11
el viento desafina.
12
la calavera de mi alma.
13
Quisiera vivir en ti.
tu corazón de casa es un sagrario para mis
ecos
Si vientre de horno
tiene la tierra para mi semilla de harina
14
sin miedo de morir sin haber sido
15
Te pareces a una guitarra sola,
(como una catedral de silencio)
con un templo de muelle abandonado
mordiendo tu vacío.
Estás llena de imágenes sin nombre
porque nadie se inclina sobre tu ara
para hacer el fuego de su misa.
Un día arrancarán la
savia, quemarán tus manos secas
y harán rosarios de rezos sin
palabras con las cenizas de tus
manos.
Y en tus ramas vivirán los pájaros
llegados,
esperados tanto tiempo.
Tienes el alma tras los ojos,
como un inválido sentado a
una ventana,
(veleta del silencio)
esperas sin nombres en las cosas,
porque estás sola sin estar abandonada.
Tus manos de piano y de durazno
se parecen a los cálices
el aro de tu sangre pasa como
el viento por la veleta de tu corazón,
y tú sigues apagada o no encendida,
como una iglesia nunca inaugurada
con tu corazón lleno de campanas,
que nunca fue campanario.
16
Como quillas hundidas en las olas del viento
cuando vanamente busco la superficie del
silencio
mis brazos devanando música
trazan la locura de campanas rotas
molina mi corazón, buche de pájaros
las velas quillando en el silencio
son veletas de tristeza
vuelan gaviotas de diluvio salvándose
ésos son los recuerdos
pendulan mis brazos caídos
a la gravedad del abismo del cielo,
no sé qué rota brújula me ciega
no puedo deshundirme del silencio
17
Pasa tú, sea recoger la hora
yo debo esperar que tu fruta amanezca
como un sol madurando
en las ramas de tu hondo horizonte
yo quedaré a tu costa,
solamente esperando
18
Un día mi voz mi única voz para decirte
crecerá como la humedad hiedrando por tus
piernas
como un himno de incienso
como un humo desde la fogata de mi corazón
y tildaré con caracoles de besos tus dos árboles
hasta las ramas del musgo y
el perfume que alumbra
desde tu mejor garganta.
Yo sé que tu corazón chapoteará relojes
y que una arena de pájaros de escalofrío
19
Voy acomodando las cosas sobre las palabras
tengo el alma llena de nombres
y tú no sé por qué, has perdido el tuyo,
pero tengo uno nuevo o
quizás viejo como tu presencia
20
Hay una voz viejamente habitual
un bastón o una palabra o una rota soledad
un nombre perdido y una cara ya nunca
nueva
una casa una sombra un techo, un bocado
una mirada llena de anzuelos y de sal
tantas veces
una aprendida manera de caminar
o mejor dicho de andar
un alma enmuletada y una pupila
plagiando índices de brújula
pero más que todo hay un latido y un lugar
entre los que llevaría conmigo
y tu nombre reemplazado, por otro de hermano amigo
21
Ya están clausurados los días que bosquejamos soñando juntos
Sólo queda lo poco que fuimos
como un recuerdo de algo que no tuvo tiempo de ser pasado.
Hemos abolido chispas o alejado piedras.
22
Arrodillaré mi frente, servil, sin humillarme
y el despótico destino doblegará tu altivez
ésa es la consigna.
23
esta lúgubre costumbre de mirar
desde la nuca de los ojos
como un agónico animal en una cueva.
24
Esa coraza de hermetismo que te veda
ese lúgubre silencio que te es rito
es la misma guarida en que yo ermito
cuando un denso mutismo se me hospeda.
25
Cuando tu verdad sea mi rostro como un ara
incrustada en tu sagrario
y aún te sea coraza el mundo que te crece
hasta los ojos
si no puedes arredrar el silencio que te empoza
se secará mi mano.
Y cuando sea mi imagen tu fervor de
sueño
y mi tácita caricia te apacigüe las tormentas
si aún reniegas de ti misma por vergüenza
mis muelles de vigilia que te esperan
abolirán un templo.
Y si el cepo de miedo que te atrapa
vence la devoción de mi ternura y de mi empeño
aunque sea tu sueño lo que sueño
quedarás abandonada.
26
A veces se te nublan los ojos
y abandonas tu carne y el mundo no te alcanza
27
cuando amanece la noche
amedallada de luna
28
Y tu vientre se iluminará de olor a música
caliente
y el mío se mojará de sabor a sombra
de miel de violín
29
Al río del viento llueven latidos de silencio
Pasa,
y estos tallos de mi sangre vientan
Yo no puedo amordazar el piano de mi corazón
y transcurren las hebras de la roja música
Sangra, sangre
lato,
simplemente eso,
porque nada más.
30
Una campana de palo parpadea como un reloj.
trota el séquito de instantes de la sangre
como un carro ritual
habitual ritmero de galeotes y remos
luna de las olas del ariete vano
con carne de madera,
no has podido quedarte con un nombre
o estas borracho de imágenes
31
Quiero buscarte a tientas en la noche
como a una luna quemada.
Ahora que sé que eres
ignorar quién eres
no saber dónde existes
cancelar las veces
abolir con un temor infinito
de luego no saber que te he perdido
este hondamente nosotros.
Entonces mis brazos
molinarían desesperadamente locos
como un pájaro primero de diluvio
Y tú, costa o árbol
o mañana tras el sueño
llegarías esgrimiendo
el tú que es tuyo desde siempre
y yo sin habértelo dicho nunca
y yo tan acostumbrado a ti por siglos,
pero sin saber de ti más que eres tú
ya no querría buscarte a tientas en la noche
como a una luna quemada.
porque ya el primer instante también sería tuyo.
32
Déjame amarte,
pero como un niño.
tú serás como esa casa imaginaria
donde la lata y la madera
como en una misa de inocencia
se transforman en carne.
Y llevaré mi ejército fantasma
para que tú lo empatenes
como a un frágil racimo
o panal de espuma.
Toma todos mis sueños.
Yo te amo.
Nada más que eso, sin embargo
te alzas como una bandera
sobre cada cosa mía.
33
Otra vez como tantas he partido.
Es que vivir es eso partir a cada rato
Volveré a partir desde aquí mismo.
pero antes habré vuelto como
golondrina de verano.
Eso es vivir: tener ojos de gota
y viajar por un río aprendiendo
de riberas
eso es vivir perseguir la muerte como
un pastor de horas
ir tras el fin que más allá es
principio.
34
Voy a comprobar mi corazón en tu boca
a morder desesperadamente la música
que derrite tu silencio
paso siglos ignorando idiomas
¿qué más puedo decirte?
Tú sabes todo lo que yo sé y lo sabes,
para qué entonces las palabras
Tú callas todo lo que yo callo
35
Tañe el remero de tu corazón
(campanario de pasos)
yo me he asomado a él
para saber cómo titilan los pájaros
cómo parpadean los puños o laten las
alas de las rosas.
(A veces atisbo los buches de tu sangre)
Tu pecho es una patena donde a veces
apoyo blandamente la cabeza
como una hoja (casi no caída)
que al suelo cayera
Me gusta casi no hablar contigo
ordenar sobre las palabras
las cosas que pensamos juntos,
Imaginar un día que madura
y espiarlo en tus ojos
que están mirando desde mañana.
36
Un día tu vientre tramará
una iglesia.
Toda la tierra estará atorada de
semilla
Tus médanos de pan se encenderán
de algodón
y una misa de miga derretida
se devanará en tu pecho.
Yo tan sólo morderé tus manos
con las mías.
y chapotearé en tus ojos
como el niño de tu vientre
de tu vientre de pecho
en ese día de la misa de tu
templo
37
acústica espiritual — resonancia
38
un día cicatrizarán las bocas.
como un líquido incienso de tules de
música.
39
Del cuerpo del alma la música es el
alma
de las piedras del agua es la tibia agua
En esta hora de días he visto a los árboles
gotear mariposas finales
Ahora puedo caminar sobre la nieve de papel
y decidir cigarras con mis pasos.
Ya muerto el humo y tules de incienso
musican
Adonde va la música como un día ya
sido de mi costa
que otras almas
echarán sus redes a esas aguas
la eternidad del rumbo de mi
quilla
40
como un líquido viento de luz
41
La música de tus ojos se vuelca por mi alma
mana el jugo de tu alma
42
Escúchame, voy a hablarte de ti
yo tengo un polen de música que empaña
de tibieza el alma
como una afonía de niebla
43
Sígueme, dejaremos en las aguas de las horas
una estela de veces y nosotros
ven si es que quieres, no llegues al que implora
ven si yo soy tú, como los otros son los otros
No olvides el pasado, ésta es la aurora
la noche quedó atrás y fue de rostros
deja todo lo sido antes de ahora
Y empieza a guardar que recordarme.
44
Nosotros es un lugar donde no estamos
nosotros somos, pero no somos nosotros
ven conmigo, te llevaré, a un lugar donde
seamos,
nosotros, uno más entre los otros.
Nosotros es el nombre de un gran beso
una manera de estar juntos separados
un lugar que llevamos donde vamos
es la forma de no estar solos estando
45
Con las estrofas de miga de tus manos
y un racimo transparente de palabras
46
Las estrellas —como los mil vientres de la
lluvia— laten.
47
Te tengo simplemente como a la lenta música del
perfume.
Poco a poco las cosas se acomodan en los días
y voy sabiendo qué nombra el tú que eres
48
Tus ojos como un altar de poesía
incensan el himno de tu alma.
Tengo la mía sobre el
pájaro de piano de tu mano
el corazón muerde acordes calientes
y desmorona música de cosquilla derretida.
49
Música cristalina y transparente.
50
Ahora que las cosas se van acomodando sobre las horas
recorre titulando uno a uno los momentos
51
un día tu alma llenará tu cuerpo
liquidará en tu carne de botella
completando tus espacios
¿Qué se rompe si te rompes, si es
que nada se derrama?
¿Para qué tomar tu cuello a beber
sino para agitar mi sed insaciable en ti?
52
Hace mucho que ermito en mi alma
como un carozo que isla sofocado de azul
Estoy ciego de toda la carne de mi alma
vuelta párpado
Y lo más triste es que veo
pero la mañana está acentuada por
el maquillaje de vidrios de mi ventana.
no me gusta ver tras las lágrimas
porque me aturde el estruendo de mi
silencio como un detenido remanso
de gritos
y la oscuridad me asalta de sospechas.
Yo no quiero estar solo,
pero he perdido el diálogo con mi piel
y estoy hundido en mi mente
como en una ciénaga de miedo a la
sorpresa de una voz o un rostro o una
verdadera palabra hace siglos perdida
o siempre ignorada.
Estoy engrutado en mi alma de tortuga
y el silencio completó su círculo de candado
como un vientre atrozmente inardiente
de mí mismo.
Ya nadie puede salvarme de estar solo en
mí.
53
Cuando ya hay muelles que rían
entre nosotros de costas
sólo que queda comprender que te has ido.
54
Voy a morder el silencio de tus ojos
tú de los tres ojos y el vientre cíclope
tú de los tres caminos al alma
(honda bodega de mil rostros posibles
ignorados)
tienes el abismo imperioso
de mi eterna gravedad
A ti voy con la larga soledad
de mis anzuelos
con la triste costumbre de mis quillas
de tan sólo hacer estelas
y vuelvo lleno de música de sabor
a sal
con candados de mandíbulas
empuñando garfios
JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
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