El evento que voy a narrar ocurrió en la calle de alguna ciudad, en plena pandemia, cerca a un caño de agua dulce, en un mes de octubre como antecediendo a las confabulaciones de los brujos y hechiceros que en aquelarre determinan la maldad. El testimonio es fiel, narrado por una habitante de la calle que se encontraba cerca al lugar de los acontecimientos. El lenguaje ha sido transcrito de la misma manera que el narrador principal lo declaró, pero intentaré traducirlo de la mejor forma para contextualizar el suceso:
“Mire parcero, lo que pasó es breve, la vuelta se salió de las manos feo, feo, pero así fue, que quiere que le cuente, yo vi todo porque vivo visajoso en la calle y pa ´mí que el chino Maldonado se había gusaneado
la jermu del Marcos, una tal Paula que eso sí, era toda una nenorra.
Dicen por ahí que el man, osea el Marcos, como que tenía las lucas y eso se notaba porque no era boleta, pero si tremendo tumbalocas y medio newey. También que no era ninguna perita en dulce y más bien toda una chunchurria, porque le gustaba jugar la doble. Usted sabe cómo garla
la gente.
Ni necesidad tenía el Maldonado de meterse en líos, porque a lo bien, estaba tranquis en su jaus y lo llamaron dos viejas que eran panas: una la Paula y la otra la Yessenia, que le decían “Yess” y lo convencieron que se fuera pa´llá y sisarras que salió pal jolgorio. Lo que no sabía, creo yo, es que el Marcos también estaría allá. Osea que se iba a armar la gorda.
Ya dentro de la fiesta, el chino
Maldonado al parecer se jartó hasta el agua del florero y cuando vio que llegó el mansito, osea el tal Marcos no sé qué, con sus guachimanes, le dijo a la Paula que ya paila que no se quería meter en líos y que terminaban su cuadre, así que iba a abrirse, porque a lo bien el man era derecho
con las guarras; o sea que se patrasió de los cachos.
Ahí fue que el Maldonado salió del festejo como medio nervioso a pesar que era todoterreno, con la excusa que tenía hambre y quería comerse un perro caliente
en la esquina, en el puesto de doña flor, ahí donde son tan ricos, pero la verdad el man lo que buscaba era despegarse al cien.
Dicen las viejas que el man empezó a comer y de pronto echó a correr, ¡hay si cómo no! pa ’mí que la Paula salió a avisarle que se abriera porque lo iban a cascar, mientras la Yess se quedó adentro del convite, que de seguro estaba más bueno que afuera mi pez, eso había desde pérez y químicos hasta tamales. La verdad yo creo que al hombre ya le habían marcado calavera.
En ese momento el chino Maldonado vio salir a los guachimanes del Marcos y echó a correr jincho y untao de salsa de tomate y mayonesa, como a pagar camarote rápido y la Paula arrancó detrás, pero los manes ya lo estaban esperando en el parque.
Y tremenda muñequera
que le dieron con pata y botella. Aunque yo no creo que lo quisieran acostar pero si cogerlo de parche y se les fue la mano. También que al chino Maldonado le quedó muy teso defenderse porque, primero estaba tronado y después como que al man le faltaba sopa en las contiendas. De todas maneras mostró finura. Y los amigos tremendos fariseos que lo piruetearon feo.
La china Paula que iba detrás del man recogiéndole todo lo que botaba en el pique, gritaba como loca junto a la Yess, que ya había salido del recinto y vieron la paliza en vivo y en directo. En esas el chino Maldonado se zafó y echó a correr otra vez, pero ya cerca al caño donde se resbaló, cayó bocabajo y perdió el año. ¡Claro! después de esa muñequera, el botellazo, la caída y la borrachera. Osea, tremenda piñata.
Aunque después dijeron otra vaina: según la Paula, el Maldonado saltó al caño del parque. Yess dijo que llamó al celular del man y Paula contestó como histérica y le contó que el chino había saltado al canal.
Luego dizque llamaron a los bomberos a decir que el man se había caído al caño y llegaron los matafuegos, los polochos y hasta los pitufos
porque eso era cerca a la calle principal, tremendo operativo, pero no encontraron nada. Siguieron buscando y encontraron el muñeco más adelante como si la corriente se lo hubiera llevado, pero paila porque el agua no tenía fuerza pa’ arrastrar el fiambre.
Mire, luego llevaron al frío al hospital, le hicieron una autopista y encontraron que el man tenía intoxicación por alcohol; bueno, eso se sabía. La vaina quedó así. Pero después, la familia no se aguantó, pidieron que reabrieran el caso y que volvieran a sacar el muñeco del ataúd y encontraron que el occiso tenía 8 fracturas en el cráneo.
Osea que de la caída, no habría podido hacerse tremendos hoyos en la tusta, lo que digo yo de seguro fue la muñequera tan brava que le dieron al chino. Y todo ¿por qué? Como le dije antes, por haberse gusaneado a la jermu del otro man, ¡eso no se hace! Pero tampoco pa’ que lo mandaran a chupar gladiolo. Finamente agarraron al Marcos y lo metieron a la finca, a la Paula y a la Yess las mandaron a la casa grande y no se más. Uno como no ve noticias.
Osea mi perro estos líos de faldas, con tragos, guachimanes, botellazos, perro caliente y muñeco, los veo todos días y como estos eran de la farándula se hizo tanto bombo, pero así es la calle, donde vivo, mi pez con virus o sin virus.
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