Doppelgänger

Camina junto a mí, es mi copia ficticia y fantasmal, me hunde el terror de tan solo oír el crujido de sus pasos hacia mí. Me pillara desprevenida, me jalará del lomo y me arrastrará por el piso, dejando una bella marca sobre la alfrombra, deshaciendo el triángulo de mis bermudas y gritado diversas palabras al cuadrado.

Ahora siendo yo la sombra del otro, real o ficticia frente al mismo espejo ha de existir solo una. Solo queda un dejo de circulos que van en distinta dirección y que giran contra el reloj, como carrera clandestina, jugando a las escondidas, me siento a llorar entre las miles de personas que transitan a mi alrededor, aspirando ser alguien más, deseando no estar acá.

Me pisa los talones, baila conmigo, esta entre nosotros, lleva mi camisa de dormir y cree que puede escupir absurdas palabras en Alemán, creyendose inmortal, que solo vasta tener el mismo color de ojos para llevar el peso de mi apellido, el castaño casi turbio similar al mío y el peculiar lunar cerca del labio son suficiente para caminar a mi lado y pasar desapersibida ante el mundo. Yo lo veo claro y no deja de hacer resueno en mi cabeza cada vez que la veo pasar.