Era una mañana común y corriente la relación venía mal desgastada, pero yo me negaba a verlo, así como me negaba a ver que nunca había sido feliz con él que no le dejaba por mi inseguridad y mi baja autoestima. Soporte todo tipo de humillaciones y vejaciones, de parte de él, así como de su madre. Nada de lo que hacia era suficiente siempre estaba el desdén. No me ayudaba en nada de los que haceres de la casa todo recaía en mi por el solo hecho de ser mujer. Me insistía en casarnos y tener hijos a pesar de que yo le había dicho desde el primer día que nos vimos que eso no iba a pasar porque yo no quería, pero él se tomo tres años para tratar de convencerme a través de la manipulación, también me quería hacer dejar mi trabajo porque le molestaba que ganara mas dinero que él y que tuviera con menos educación que el un mejor trabajo.
Si hacíamos viajes de vacaciones eran una tortura no quería hacer nada se la pasaba durmiendo. Si llovía o hacia mal tiempo automáticamente la culpa era mía como si yo controlara los vientos los mares y la lluvia. Era sínico.
Me pasaba a buscar por el trabajo porque no podía controlar los celos y se le metía en la cabeza la idea de que yo tenía mil amantes. Un delirio tras otro.
Y yo sola ahí viviendo con miedo a su mal carácter a su poco temperamento su nula empatía, pero imposibilitada por un miedo a no encontrar a nadie más. A que él fuera la única persona en mi vida a no poder valerme por mi misma en la vida.
Como dije, era una mañana común y corriente de otoño. El sol cálido y el viento húmedo entraba por las ventanas cuando él regreso del trabajo y me dijo así sin preámbulos, ya no te amo lo mejor es que nos separemos. Mi mundo mi estabilidad económica y mi corazón se partieron las lagrimas brotaron de mis ojos, sin embargo, el sol de cálido de otoño seguía iluminándome. Que decirles a mis padres como aceptar el fracaso. Pero lo mas importante como superar la derrota.
A finales de ese mes de otoño con la ayuda de un amigo y de mis padres ya estaba en mi nueva casa sola triste y con un futuro prometedor. Al final me di cuenta de que me hizo un favor al dejarme me devolvió mi libertad.
SIA
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