Y me veo las manos y las veo marchitas

Y me veo los dedos y los veo secos

Y me veo las manos

alguna vez jóvenes

antes de conocerte

Y te veo los ojos cuando me miraron

y te veo lo labios cuando me hablaron

Tus palabras, tibio aliento, sensuales todo envuelven

Y me veo las manos antes de tocarte

y las veo jóvenes

y las veo dóciles

Y me veo los dedos después de tenerte

eternos de gloria mirando hacia el cielo

Es tu giro furtivo

caprichos de amor

al filo del anzuelo

Y me veo la carne herida de sangre,

llorando sufriendo, ahogando el olvido

Y te veo a ti, riendo, triunfante,

y me veo a mí, temblando, queriendo

Entonces,

comprendo las reglas del juego

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