De niña un sueño infatigable repetía, el mundo recorría,..

a voluntad, transformaba pies en monociclo,

¡rodaba!… mis brazos agitaba: Subía, bajaba,

 en espacio abierto sin reloj ni tiempo,

cruzaba montañas, tiendas de campaña, rocas, juncos, esteros, 

panoramas en miniatura cual confeti, ¡Que locura!…

Nunca busqué significado o alguna interpretación
terapeutas o psicólogos, tampoco una razón.

esos recurrentes episodios, solos llegaban.


Luego pasaron sin ton ni son, en venideros años de vida,
bajo extraña calma, vibrante y aletargada,

mis sentidos contrastaban de manera litigante,

improvisadas ocurrencias ¡Elocuencia cimbreante!…

Conformamos un grupo de danza,

que terminó siendo ambulante,

por no tener un local,

Nos hacíamos llamar «Andantes».

Inocencia y transparencia cumplidos los doce,

mis hermanos, intentan convertirme en marioneta,

acortar cordeles por ser mujer ¡que indolencia!…

Mochila y patines, bicicleta y malabares,

las hormonas afloran, resistencia e independencia,

con ellas consciencia de género,

y luego… 

Luego, ¡llegas tú!…

contigo, rebeldías, renuencias y…ausencias.

Mis libros llevabas del colegio a la casa,

de manos cogidas, sonrientes,

como idiotas efervescentes.

Melodiosas, sentenciosas transiciones,

junto a ti perseguía otros postulados,

impúdica, libre… buscaba tu boca para mitigar mi sed,

no robabas mis besos, ¡te los regalaba!…

abrazos, pellizcos, alborotada cabellera,

un regalo: Chicle de canela compartido con luna y estrellas,

repetías: «¡Bella, bella!»...emocionados sin alas, remontábamos vuelo,

no eran escolares, juntos eramos cielo.

El rubor en mis mejillas, el brillo en tus ojos,

alertaban a mi madre, ganaba más enojos,

¡Era suplicio, resguardarnos de prejuicios!…

Prendido quedaste en mi corazón henchido,

confesé ante el jurado que nada pasó entre los dos.

¡El protagonista de la película, el chico diez!…

Una calurosa tarde de un 22 de diciembre del 73

recién quitados los patines, acordamos vernos

en el coro de la iglesia, en Misa de seis,

Al entrar a casa, instantes después,

un estruendo chirriante de frenos,

seguido de un seco golpe,

¡Despavoridos salimos!

a ver qué pudo haber ocurrido..

Nuestra amiga Silvia, articulaba,

«¡De inmediato, levantad el vehículo,

el árbol logró detener al desbocado carro,

pero antes, logre ver una figura de lado,

en cuclillas, en la orilla desaparecer!».

El mismo no supo que pasó,

a peso, los chicos voltear lograron,

aquel maltrecho vehículo, sangre y restos en el piso,

¡No hubo nada que hacer!… 

No quise, ni quiero ahora

aceptar que ya no estas, pensé ibas a regresar,

al paso de días, meses y años, continuar celebrando nuestra fiesta,

mi madre sin acierto, consolarme logró.

Cumplidos hoy los cincuenta, aun te recuerdo yo,

tu voz suena en mi interior, calma los crudos momentos,

Infunde en mi calor, estas conmigo, ¡No has muerto!…

Entendí que la vida es solo un paso, de muchos aún por caminar,

en este tu corto andar, ensayaste un poco, tan solo poco…

se que regresarás para perseguir más, gran maestro eres en eso de amar.

Desde entonces, te busco entre sueños, ilusiones y abrazos,

nunca nadie en este mundo, alcanzó tanto rango,

Invicto, lograr diez!…

Por siempre amigo inteligente, mi primer aguerrido amor,

me esperas en el umbral, más allá de los sueños,

alado, descalzo y misterioso,

ronca voz, pobladas cejas y salada boca,

a inspirar vida, risa impetuosa,

a quedarte dentro, ¡A fundirte por siempre en mis pensamientos!…

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