«Recordar, sentir, olvidar…»

LA GOTA

En medio del desierto,
un alma vacía se abnega,
se apaga tenuemente,
como brazas bajo la lluvia,
disolviéndose al agua
cual algodón de azúcar.

No lo prefiere, no le gusta
pero no tiene opción.
En total sumisión persigue
a aquello que le destruye,
a aquello que le transforma.

Elige ser diferente,
clonándose de otras cosas,
¡Y se cambia! ¡Y se borra!
Aquella transformación,
¡Qué asco le provoca!

No tiene elección,
arde en el fuego de la oscuridad.

Como una estrella,
brilla pero está muerta.
Como un recuerdo lejano,
busca una paz, que sabe imposible.

Mirando el espejo ve
¡Las mismas cosas!
¡Los mismos mantos!
¡Las mismas ropas!

¡Quiere desvestirse ya!
Necesita desnudar un alma,
que no conoce la paz verdadera.

Quitando harapos cambia de forma,
y al final se renueva,
como una gota que cae de un precipicio

Fragmentada,
Incontenible,
Solitaria y
Muerta.

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¿QUÉ ES TRISTEZA? 

Tristeza ¿qué es tristeza?, tapar con parches las fugas echas por sentimientos desbordados, cambiar el rumbo de un día guiado hacia la neblina densa en el precipicio.

Tristeza ¿qué es tristeza?, saber que tienes razones y alegrías pero no importan, que hay otros que están peores pero al final te da lo mismo, te quedas absorto en el hoyo negro de tu conciencia.

Tristeza ¿qué es tristeza?, aquello que conocí una noche sola en la compañía, al darme cuenta que el silencio hiere más que mil ofensas, y ver que aquel callado solo esta mudo cuando es conmigo.

Tristeza ¿qué es tristeza?, saber que es la única semilla en tu huerto y que no quieres amar a nadie más y después de tal silencio, concebir la idea de la vida sin él, empezar poco a poco a aceptar que te equivocaste, que quizás no lo amas, que solo amas aquel espejismo con su rostro.

Tristeza ¿qué es tristeza?, amar a alguien que te ama pero que al ser tú le avergüenzas, le ofendes, le dañas, le bajas la cabeza, le tulles el sentido y le arrugas la conciencia.

Tristeza ¿qué es tristeza?, empezar a darte cuenta que quizás no solo tú te construiste la ilusión de un amor perfecto, sino que quizás también él disfrazo otro ser con tu rostro.

Tristeza es olvidarse de las razones de amarse y que sea más fuerte la incertidumbre que el amor.

Tristeza es perderse en la idea irreplicable de un amor que no es mío, de un amor que no es suyo, de un amor que no es de nadie, porque simplemente no existe.

Es hora de aceptarlo, tristeza es sentir eso aunque sabes que no es cierto.

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PERDÓN SIN PERDONAR

¿Quién en la vida no ha cometido errores?
¿Quién en la vida no se ha equivocado?

Pensar lo que no hay que pensar,
decir lo que no hay que decir
y herir sin razón aparente.

Pedir perdón esta vez no funciona,
No porque no lo merezcas, no porque no sea posible,
si no, porque simplemente quien perdona
no está dispuesto a perdonar.

Pero peor, que al no estar dispuesto quiera decir que sí,
porque entonces ya no tienes que pedir un perdón concedido de palabra,
ya no puedes mencionarlo aunque no lo recibas.

Esta vez, te han perdonado de conciencia
pero no de corazón.
Esta vez deben fingir que ha bajado la marea,
mientras se ahogan a la orilla de un perdón sin perdonar.

Respirando los fragmentos de un problema barrido bajo la alfombra,
¡No lo ves! ¡No lo sientes! pero sabes que está ahí
y al final no estás dispuesto a sacarlo.

Perdón sin perdonar
es vivir con el problema sin tener que resolverlo.

Perdón sin perdonar
es fingir que estás dormido cuando sufres de insomnio.

Perdón sin perdonar
es vivir indiferencia mientras te dicen que todo es como antes.

Perdón sin perdonar
es perdonar sin querer hacerlo.

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SED DE UN BESO

Un beso, el roce de dos labios,
el encuentro silencioso que grita al alma lo que siente un corazón,
es increíble lo que dice un simple beso, ¡Lo que hace! ¡Lo que logra!

Una vez tenía un beso, un beso grabado en el alma,
debía ser suave, debía ser tierno,
debía ser dado en silencio y calma,
debía contenerme con paciencia y
debía ser tan sublime como desesperado,
¡Cómo deseaba ese beso! ¡O ese beso anhelado!

En el silencio observé esos labios deseados,
que fueron arrebatados de mí por un infortunio,
recibí besos después, recibí besos antes,
¡Pero no, no recibí ese beso!

Lo anhelaba, ese beso eterno,
debía colmarme de paz,
debía declarar la pasión que ya ni en sueños declaraba.
Su amabilidad era notable, 
su amor era notable,
pero aún faltaba algo,
¡Ese beso!

¡Necesito ese beso!, mi alma lo implora,
mis ojos lloran por el deseo de esos labios,
¡Necesito una respuesta!
¡Necesito un momento!
¡Necesito su disposición!

¡¿Desearán esos labios mi boca como yo deseo la suya?!

No puedo dejar de pensar en ese momento,
en ese lugar, en ese segundo…
En que aquel beso finito se vuelva infinito en mi memoria,
si deseara más tus labios ¡Perdería mi cordura!

¡Necesito ese beso y no sé cómo decirlo,
solo sé… que lo necesito!

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EL GRITO DE LAS COSAS

Que las cosas griten, que griten por mí,
y saquen de mi interior el furor que me aqueja.
Que borren todo el cinismo que no puedo expresar,
que alivien todo el dolor que no debo sentir y
que calmen el tsunami interior que me inunda.

Que las cosas silben y petrifiquen mi boca,
antes que su avalancha incandescente
calcine al mundo, y hasta a mí.

Que las cosas retumben,
y todos oigan temerosos mientras callo en calma.
Y que muestren en mi quietud
aquello que puedo hacer y no puedo,
aquello que sé, debo contener.

¡Que se dañen las cosas y no mis emociones!
¡Que se dañen las cosas y no mis relaciones!

Que mientras caen sus pedazos
yo me reconstruyo.
Que mientras causan un estruendo
mis aguas se calmen.

Que al sonar, no retumben en mi furia
y la revuelva. ¡Que la calme!
¡Que la arrulle! ¡Que la duerma!

Que le muestren al mundo,
que soy más que un sentimiento
y que mis pensamientos inútiles
son desechados.

¡No me juzgues por las cosas!
Ellas hablan por mí,
pero solo representan
todo lo que en mí no debe estar.

¡No reproduzco emociones! las expulso.
¡No motivo venganzas! las destruyo.
¡No me hago pequeña! me engrandezco.

Con la grandeza de las cosas,
que de un golpe se vuelven nada.

Su esencia útil no muere,
se transforma en energía,
fortalece mi cuerpo,
purifica mi alma,
adormece mi fuego,
y me eleva en la luz.

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SOLTAR, OLVIDAR, CAMBIAR

Una gaza que retiene los residuos de la vida,
y los va acumulando como recuerdos pesados.

A cuestas lleva los desechos y momentos mal vividos,
sino la limpias o la cambias ahí se quedan reprimidos.

Aquella gaza se va ensuciando,
se va curtiendo, se va gastando
y en un momento puede romperse
y llenar el jugo de cosas verdes y podridas.

Y lo podrido cambia el sabor,
y lo dañado pudre otras cosas
y aquel jugo limpio y sereno
se vuelve turbio, un agua negra.

Y así lo sientes, y así lo llevas,
y así te ensucias y te envenenas
por no asumir que cada día
necesita una gaza nueva.

Por no pensar que los recuerdos,
pasado son, son cosas viejas,

Para buscarlos en el baúl, cuando el tiempo te sobre.

Para dejarlos bajo llave cuando en la vida estorben.

Para taparse los oídos cuando chillan sin sentido.

Y para lanzarlos al mar, y olvidar y olvidar.

Porque se vive en el jugo,
porque la gaza se cambia,
si ya está usada y solo la limpias
siempre estará contaminada.

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SE TRATA DE SER

Las cosas han cambiado, el recuento de los años, 
de los días y las horas, dieron su veredicto.

No se trata de razones, ni imposiciones,
no se trata de mentiras, ni autoconvencimientos.

Es el peso, el peso que supera la balanza,

que equilibra los pulsos y calma las bocas.

Es el aire, el aire que se respira más limpio,
que se siente menos denso y ya no es asfixiante.

Con el tiempo, con el tiempo lo he entendido todo,
y ellos, ellos también lo entendieron.

No se trata de suposiciones, se trata de verdades,
no se trata de orgullos ni egoísmos.

Al final, al final la verdad salió a la luz.
Y yo, yo sonrío.

El peso que cargaba y agobiaba se ha ido.
Soy libre, libre de pensar, de sentir y de expresarlo.

Y ellos, ellos también son libres,
libres de los grilletes sociales 
que impusieron sus ideas erróneas
por encima de la razón de mis argumentos,
volviéndolos ciegos y nublando su capacidad crítica de percibir.

Al final, al final creces
y es en ese momento que te das cuenta
que aquella nube de tormenta infinita
siempre fue pequeña, y tuvo fin.

Pero estaba tan nublado que no había forma de saberlo.
Pero eso, eso acabó, el miedo murió
y con el las dudas y la incertidumbre,
y así murió el prejuicio,

y llegó el momento de vivir.

Vivir la vida sin remordimientos absurdos,
sin verdades impolutas, ni mentiras tajantes,
llegó el momento de ser y ser en grande.

De ser feliz, de ser libre, de ser simplemente tú.

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LOS CALLADOS

Los callados asechan desde la esquina olvidada por la luz,
silenciados y expectantes, con los ojos brotados
y las mentes retorcidas.

Los callados despliegan veneno,
envenenan el mundo con sus pensamientos,
se envenenan a sí mismos con sus conjeturas
y destruyen todo en el proceso.

Los callados tienen alma, pero la perdieron,
la callaron ellos mismos con sus añoranzas
y mancharon con desdén su espíritu para ser diferentes.

Los callados lloran,
desde aquella oscuridad gotean lágrimas
de unas huecas cavidades bajo la frente,
en un rostro sin pestañas, sin cejas, sin pelo.

Los callados atrofiaron sus músculos,
decidieron no emplearlos para nada,
pues creyeron que la sociedad los adoctrinaba para usarlos
y se creyeron libres al quedarse quietos.

Los callados tienen voz pero no la usan,
pues consideran inútiles sus aplicaciones,
desde aquella oscuridad a la que pertenecen
no hay sonido propagable, ni oídos que escuchen.

Los callados no nacieron callados,
pero crecieron para serlo
pues sus ancianos cocían sus bocas
para evitar contratiempos,
y algunos callan para no ser mutilados.

Los callados tienen máscaras para salir a la luz,
y se mezclan con la gente para aprender de ellos,
para juzgarlos y sentirse especiales,
puesto que el mal de otros le da sentido a su silencio perpetuo.

Los callados conviven pero no son amigos,
se relegan a sí mismos a un segundo plano,
puesto que su egoísmo reina y se creen individuales y únicos,
no son conscientes de que son un grupo.

Los callados te asechan,
te culpan, se burlan de ti
y se jactan de que no lo sabes
porque están callados.

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ESENCIA

Brilla en una penumbra
cual cocuyo solitario,
su luz hermosa resplandece
pero nadie puede notarlo.

En una carretera oscura
pasan los autos rápidamente,
todos ignoran su presencia
aunque brille intensamente.

Aquel bicho solitario
lejos de casa busca familia
y aunque existan otros tantos
nadie lo nota tienen su vida.

A veces canta mientras brilla
pero los autos callan el canto
y entre tonadas y una musa
cae al rostro todo su llanto.

Y cuando al fin se va la luna
y aquellos rayos de luz se asoman
esa luz verde y brillante
ya no se ve nadie la nota

Un ser hermoso vive opacado,
aunque brille con luz propia,
no suele ser notado.

Es un insecto,
es solo un ser condenado,
no es su culpa,
no está equivocado.

Es solamente otro ser más,
en un mundo abarrotado.

……………