No me ahogaré.

No me hundiré ni me encogeré de dolor.

No.

Volar, tampoco.

Lacrimoso seré.

Porque eso es lo que puedo hacer.

Estaré medio muerto,

medio vivo.

Totalmente mareado.

Sin fuerza.

Debilidad muscular,

en el corazón.

Con cientos de piedras colosales apiladas sobre mí.

Que me quitan el oxígeno.

Que me machacan las piernas y los brazos y estoy inválido.

Te veré la espalda, encorvada de cansancio.

Egoísta, seré.

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