¡Los pequeños! !los pequeños!

¿Lloran todavía?

¿Las frutillas no fueron suficientes?

Se acabaron las bombillas,

Los fabricantes de carcajadas,

las manos chicas,

el poder de sus abrazos, la fuerza creadora de sus juegos.

La inquietud de su mirada,

El balbuceo.

La cuna de mis brazos no resiste tu desarrollo,

Vuela, vuela;

Que los días se acortan y la guadaña de los traidores está afilada

las leyes te obligan a ser rufián,

Los militantes son castrados en las decisiones.

Temo por mi corazón maldito de amar y amar tanto.

El viaje al interior es doloroso, solo,

Renovador y austero.

Pero de gusto vivir,

aún tu vida sea miserable.

Y en este día luminoso,

No temo al asesino, al abuso de poder.

Mi mente vuela por encima de los miedos humanos.

Porque soy el día que te calienta

la noche que cobija tus miedos

Y aunque el vino es poco en la mesa

Comparto mis miserias.

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