Dos Extraños En La Gran Ciudad

En una fría noche, un 15 de julio de 2015, me encontraba caminando por la calle, bajo el cielo oscuro y estrellado, no estaba de humor por no haber tenido un buen día, perdí mi empleo, mi novia me echo de casa cuando se entero, parece que solo le importo mi dinero y no mi amor durante estos 2 años de vivir juntos, aunque en realidad notaba que ya no me amaba, sus actitudes la delataban, se volvió mas distante y poco conversadora conmigo, acaso tendrá a alguien más? No lo sé, pero lo único que se es que mi vida dio un cambio repentino a la desgracia.

Salí a caminar para poder calmarme, tomar aire fresco y ver las estrellas, eran hermosas, se notaban claramente alrededor de la luna llena, solo pensar que con 25 años, volví a sufrir depresión y miedo de que todo siga de esta manera y no sobreviva en la gran ciudad, pero de seguro tendré alguna nueva oportunidad, o eso quería pensar en estos momentos. Prendí un cigarro para ubicarme en una banca, fumar con calma e ir despejando mi mente, tratando de idear un nuevo plan de vida o como poder arreglar las cosas con mi pareja pero de un momento a otro, alguien se acerco a mi, era una mujer, parecía tener mi edad, cabello largo, ojos verdes, llevaba puesto una remera negra con un saco marrón encima, un jeans color azul oscuros y una expresión como la mía, un hermoso rostro lleno de tristeza y decepción.

No supe que hacer, ella se sentó a mi lado, no dijimos ni una palabra, el silencio delataba todo lo que nos sucedía en nuestras vidas, pero tal vez… Esta noche puede ser diferente, con calma, le ofrecí un cigarro sin esperar que lo aceptara, obviamente eramos extraños que no nos vimos jamas, pero ella lo acepto, al prenderlo con mi mechero, ambos fumamos y miramos las estrellas, el tiempo pasaba lentamente al nuestro alrededor, no había manera de describir este sentimiento de tranquilidad que me causaba la mujer, será que le causo la misma impresión? No lo sé.

Me arme de valor y dije…

???: Es una linda noche no? Tranquila y pacifica, parece que solo estuviéramos nosotros en la ciudad… -por supuesto, no espere que respondiera pero una vez más, me equivoque-

???: Claro que si, siento lo mismo, dos personas en una gran ciudad… -dijo con una voz suave y delicada después de exhalar el humo del cigarro-

Solo con esa pequeña conversación, nos miramos el uno con el otro e intercambiamos una sonrisa vaga, demostrando las pocas ganas de incluso sonreír, el saber que no nos iba bien era molesto pero solo por esta noche, podríamos decir que estábamos destinados a encontrarnos.

Ella calmaba mi dolor, mi sensación de saber que mi vida era un asco, solo por estos instantes, olvide que tenia una vida personal, una novia, un lugar donde trabajaba, una familia egoísta que solo aparecían si necesitaban dinero, todo de mi cabeza desapareció, excepto por una sola cosa, ella, esa chica era algo que solo yo podía imaginar.

 Dos extraños en una noche fría, personas que nunca imaginaron encontrarse, vidas diferentes, amigos y conocidos, todo eso, se desvaneció ante nosotros, solo existía una persona en nuestra cabeza, y era esa misma que teníamos en frente. Ambos sentimos la necesidad de escapar de la realidad, yendo a un mundo de placer y lujuria, desapareciendo ante los ojos del mundo y solo ver un campo de rosas, un aire caliente en el ambiente cerrado de una habitación, el sudor, los gemidos, la sensación de volar aunque no nos conociéramos, el saber que solo intercambiamos unas pocas palabras y compartir un cigarro, no ser más que un hombre y una mujer que deseaban algo mas que preocuparse por sus vidas, todo esto llevo al final de la noche, llego el amanecer y era momento de partir, no nos dijimos nada después del acto, pero a la vez nos dijimos todo con la mirada, ambos rostros expresando una sonrisa cálida y llena de amor.

Así se despiden dos extraños en una gran ciudad, que se encontraron por casualidad, desahogando y encontrando la calma después de la tormenta, sin saber sus nombres, sin tener la mas mínima idea de quien era el otro, pero una cosa si sabían, que lo de esta noche, no se repetiría otra vez y que deberían seguir por caminos separados.