‘’Ardía y ardía el bosque,
árbol tras árbol, hoja tras hoja,
rama tras rama, agonizantes,
como una sola llama al viento.
Pero por debajo del cometa
Una cola de luz
Que llega a vengar en la tormenta
Al indefenso Río ancho.
Que lloraba y soplaba.
»Porque corrí tan rápido como pude
al ver a esos crapulosos caballeros,
con lámparas de fuego,
molestar la paz natural de la noche.»
Y acabé con ellos sin ningún miedo.
Y la cobardía viene detrás cuando uno escapó, creyéndose suertero…
Yo soy treinta más diez, sumado nuevamente diez,
Y mi cabello se ha tornado gris,
aún así, ¿corréis de mi presencia?
Mamacallos
Creéis que la pena a Dios es más grande que la ofensa Natural;
¡Vuestra noche tan clara se oscurecerá y las estrellas que brillaban
por triunfos injuriosos ahora como gotas de fuego caerán!
Y los reclamará para siempre la brisa…
…acabará con ustedes, y la niebla sobre la colina
será ahora vuestro velo de las sombras.
Oh sí que lo hará;
La madre naturaleza terminará al hombre tonto;
O yo lo haré.»
— Atacan el bosque vecino.
OPINIONES Y COMENTARIOS