La prisión del sabio
En silencio cuasi latente
Yace el búho enamorado
Con un ferviente murmullo inmanente
En su jaula de cobre oxidado
Sus ojos solo responden
A la infinita libertad vacía
De aquella ave que lo cuida
De su abstracta fantasía.
Que es volar en las alturas
De un ocaso inesperado
Sin importar la cordura
Mientras esté enamorado.
El día se va sólo en sueños
Y en planes a largo plazo
Que no alcanzan lo concreto
Sino un futuro abstracto
Con encantos y sonrisas
Juegan leves maravillas
El búho en su jaula
Y el ave que desde afuera, lo cuida.
El ave un tanto insegura
No lo deja ni ulular
Solo tenerlo encerrado
Para poderlo contemplar.
El ave no tiene armas, ni nido
Solo un corazón henchido,
Lleno de cantos coloridos
Sigue allí vacío y triste
Con amor correspondido
Pero muy mal entendido
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