Demasiados siglos

Tal vez ni sombra quede

Garroteros inescrupulosos

Hicieron filas para segar

Y enviar los residuos al Partenón

Adictos a las piernas bizantinas

Se comían con los ojos

Unos a los otros

Ninguno erguía la palabra precisa

Solo se arrodillaban a los pies de Atenea

Por evitar la caída de los venecianos

El olor a lanza y estopa

Se enraizaba

Los equinos corrían sin rumbo

Y cuando menos lo esperaban

Los cogían por las crines

Dirigiéndolos a Constantinopla

Todo el sendero repleto

De cruces y calvarios

Era la época de la barbarie

Y regresábamos

De la noche a la mañana

Por eso es que el dolor

Se ciñe

Y no logro evitar

La avalancha de fantasmas

Aunque la noche no sea de brujas

Ni me atreva a leer los naipes

No sé si a ti te duela la memoria

O dejaste de ser humano

Sé que el viaje en el tiempo

No cabe en las efemérides

Y menos si aún llevamos la pistola

Entre las piernas

Lo tenebroso es que todo se repite

Vibran las piedras y los hombres

Chocan con ganas de incendiarse

Hierven ideas

Cerebros llenos de precipicios

Se disparan proyectiles

De todas las especies

El aire tiembla

La noche tiembla

Las paredes y las calles tiemblan

No ha llegado la hora

Pero el rey del norte

Se une con el rey del sur

Y comienza la hecatombe de alienígenas

Sin reseñas para las nuevas generaciones

¿Iremos al redil

O acaso estamos marcados

Por la bestia?

No sé si podremos apelar a la razón

Aunque la santa inquisición mundana

Este con los ojos henchidos

Y el corazón en pausa.

Demasiados siglos

Tal vez ni sombra quede

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