Hubo una interrupción en el flujo de información, así que tuviste que salir del bunker para descubrir las noticias capitales. La guerra hace semanas había terminado, los nativos fueron expatriados y los vencedores dieron por perdida esta tierra, por supuesto, tu no lo sabías, te enteraste cinco kilómetros mas adelante cuando te topaste con el topo y la comadreja quienes te dieron a probar ese charco que era lo mas parecido al agua que encontrarías (dicho por ellos mismos) en otro par de kilómetros. Tú y la tarde avanzaron tanto que no podían devolverse, así que aceptaste la amable invitación de tus nuevos amigos a expensas de la seguridad de tu hogar. Escuchaste sus historias de supervivencia mientras degustabas esas deliciosas galletas que hornearon con ingredientes que robaron a algunos viajeros que encontraron en su camino y al terminar tu porción, no pudiste moverte mas, quedando a merced de la buena voluntad de tus hospedadores.

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