Las luces de las cámaras estallaban en sus retinas y le cegaban; blancos fantasmas desquiciados moviéndose estrepitosos en medio de una gritería. ¡Flash! ¡Flash! !Flash! Veía prismas multicolores aún con los ojos cerrados. ¡Flash! ¡Flash! ¡Flash! Ser una celebridad de la noche a la mañana no sería sencillo, en primera porque estaba acostumbrado a los niveles locales de audiencia y en segunda porque no era celebre por las razones correctas. Pero el mundo ya tenía los ojos puestos en él y era famoso. Pudo ver, apenas, la frase del show en varias cartulinas y lonas que sostenían los aglomerados afuera de la casa: #laestrellaerestu.
-¿Qué sientes de ser el primero en salir de la casa de Big Brother?
-Me siento muy bien, creo que cumplí con las expectativas y logré mis metas.
-¿Cuál fue la prueba más difícil de superar?
-Yo creo que todas, pero lamer retretes en Tik Tok, opinar pendejadas y ser un artista creativo fueron lo más difícil.
-¿Si pudieras decirle algo a tus compañeros de encierro, que les dirías?
-Pues… que los voy a extrañar un chingo, sobre todo esa solidaridad que nos unió en este reality show. Fue como en el terremoto. Más que mis hermanos, ahora son mis brothers…
Su voz se cortó y una lágrima bajó por su mejilla. Se abrazó con la entrevistadora y le robó un dulce beso de libertad; después de todo, ya no existía el riesgo de contagio.
-Y esto fue todo por el día de hoy señoras y señores, solo faltan otros 500 millones que viven encerrados en este reality show, ¿quién será el siguiente? Descúbralo mañana mientras sale a su trabajo. Y recuerde: ¡Quédese en casa! Buenas noches.
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