Vuelve.
Tal vez consigas que mis pies sonrían,
y los tuyos me pidan
seguirlos adónde vayan.
Siempre,
se vuelve oscura esta casa vacía.
Suena tu despedida,
y el silencio llora sangre.
Estos muros son distintos.
Cuando estás, por vergüenza,
se comportan como si no fueran camisas de fuerza.
Pero te vas, y enseguida,
su maldad vuelve a la vida.
Su insulto duele casi tanto como tu ausencia.
Maldito,
como una mascota sin nombre.
Triste,
como cenar sin hambre.
Oculto,
como la espalda de la Luna.
Violento,
como un cadáver con ojos abiertos.
Perdido,
como el primero de los recuerdos.
Ansioso,
como el amante de la fortuna.
Así me encuentro.
Confundiendo latir con estar muerto.
Porque vivir sin ti es deambular en el desierto.
Hablando solo.
Viéndote en la sombra de un recodo.
Pensando que si volvieras, lo podrías cambiar todo.
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