Perdió el equilibrio y se remontó sin saber el rumbo,
herido el pájaro voló perdiéndose entre nubes grises,
como un triste arcoíris que pierde sus matices.
Lloró el ave herida cuando sus alas de golpe al suelo lo traían,
reclamando al cielo por su pérdida y sus heridas,
¡Quién lo diría! pensaba si esta vez no fue su culpa,
horrorizado sus lágrimas caían mientras la tormenta más violenta se hacía.
Si un avión yo fuera y repararse mis alas pudiera,
mi destino sería distinto y la alegría a mi volviera,
¡Con gran alegoría deseaba que así fuera!
Desesperado mostraba impotencia al ver sus sueños rotos,
se lamentaba que ya no pudiera construirlos nuevamente,
aunque en el fondo el pájaro era fuerte,
y quizá, solo quizá mañana sería diferente.
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