Esa página.

Esa página.

Miguel R.

12/03/2020

Estas aceras tan grises,
bajo un cielo tan oscuro,
me guiaban al camino
que lleva a un hogar vacío.

Resignado a caminar,
sin ganas de cruzar la puerta,
con los ojos tristes
y las manos llenas de aire.

Añorando aquel aire
que me hizo bailar un día,
buscando esa mirada
entre la gente que pasaba.

De repente, por mi izquierda,
una ráfaga me habla,
y al girarme la vi a ella,
encerrada entre ventanas.

Quise romper los cristales,
liberarla, liberarme,
pero continuo andando,
no puedo agarrar la suerte.

Si le hubiese abierto el cielo,
hacia él hubiera ido,
como ya lo hizo el día
que intenté que se quedara.

Así, sigo caminando.
Por mi mejilla, una lágrima.
Ya había leído este libro,
de memoria, sé esta página.

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