Te espero dónde siempre.
Dónde no vienes a verme.
Pero te espero.
Y sueño que apareces.
Que por segundos
puedo hablarte.
Y beso con los ojos
a quién confundí contigo.
Porque de alguna forma,
en algún momento,
fuiste tú.
¡Qué privilegio!
Y así se llena el lugar
de cuerpos
que han sido tuyos.
Los miro tristes.
No me entienden,
pero saben que algo pasa.
Continúan con su vida.
Aprenden
lo que les mandan.
Sin saber
que han sido engaño.
Y yo, te sigo esperando.
OPINIONES Y COMENTARIOS