Otra noche fracasada.
Tengo la incesante necesidad de invadir los recuerdos, de evitarte a ti y al mismo tiempo desearte un poco.
Esta noche eres el desconsuelo de mi cabeza y hasta el más forajido pensamiento de ti abruma mi estómago.
Hay una pequeña esfera de felicidad, revestida con un poco de esperanza.
Encuentro una calma difuminada en el leve estruendo de los acontecimientos…
Te encuentro a momentos en mi mente, en cada cucharada de hielo y en la ausencia de alguna melodía.
Carezco de poder correr en el tiempo para evitarte, para no sentirte, para olvidarte.
Pero también, para quererte…
J.L. Zúñiga
OPINIONES Y COMENTARIOS