En todo aquello que nos alumbra, que nos alinea.
Residimos en las palabras, en las melodías, incluso en las penumbras.
Residimos en lo profundo, en lo extraordinario. En aquello que nos regresa, que nos parte.
En las lagrimas, en lo dulce, en lo inalcanzable.
Resido cuando te escucho sin saberte. Resides cuando me atiendes sin juzgarme.
En el silencio, en la inmensidad de los sueños…
En mi.
J.L. Zúñiga.
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