Volver a encontrarte una mañana para que sigas insistiendo en vender el violín que encontramos en el depósito me da un poco de miedo.

Cada vez que me acerco siento aroma a madera, a humedad de río, parece que alguien estuviera tocando y el sonido me transporta, tal vez sea la música de un vals. No lo sé, no hay nadie ahí.

Lo único que se me ocurrió una vez fue mirar a través del hueco “firulete” de la caja, vi una etiqueta amarillenta que decía Stradivari…s con fecha ilegible. No puede ser balbucee.

Todavía no te lo dije.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS