Como enjambre de abejas se consuman,
las hojas verdes que caen paulatinamente.
Los rayos del sol que se filtran entre ellas,
y esos colores que forman, y danzan felices.
Cuánta ráfagas de viento como volutas,
que suaves caen a la inmensidad otoñal.
Cómo solsticio de césped como viento,
y se proclama esa bocada de sinceridad.
Cuánto regocijo que regocijan hojas verdes,
que casi hojas sueltas cantan sin cesar.
Que tus hojas llevan el misterio del universo,
como el hilo del firmamento caes inmensa.
Cuánto anaranjado por doquier, sin cesar.
Aquí y allá, donde la vida sucede. Donde,
la vida es movimiento constante y sutil,
donde la vida no puede ser estática…
Qué primavera con sus vestigios de oro,
que saltan los verdes-amarillos caóticos,
colores invisibles y visibles como el mar.
Cuántos destellos, cuánta combinación.
OPINIONES Y COMENTARIOS