Capítulo-6
-Me acuerdo de ese día como si fuera ayer, es una pesadilla que me persigue todos los días de mi vida.
– Lógico señor Dylan, la verdad que es una historia impactante.
– Pero bueno, dicen que no hay mal que por bien no venga.
– Es usted muy optimista señor Dylan.
– Lo sé, pero desde aquel día, la esperanza era lo único que me quedaba.
(45 años atrás. 1 día después del fallecimiento de Sara.)
(Dylan se encuentra postrado en una cama de un hospital entubado completamente).
– ¿Dónde…? ¿Dónde estoy?
– Estás en el hospital, viejo amigo.
– ¿Dani? ¿Que haces tú aquí? Demonios, que dolor de cabeza….
– ¿Qué haces aquí? Llevas un montón de horas inconsciente, lo raro es que solo te duela la cabeza.
– No entiendo nada, ¿Que ha ocurrido?
– ¿No te acuerdas de absolutamente nada?
– Sinceramente no… Sólo recuerdo estar en un bar tomando un cubata.
– Pues después de tomar «un cubata» cogiste tu coche ebrio y lo siniestras te. Han venido a verte tus familiares, pero claro estabas anestesiado. Se alegrarán de que ya hayas despertado.
– Joder… Lo siento, pero todo esto me ha afectado mucho. ¿Quiénes han venido?
– No pasa nada, pero no lo vuelvas a hacer. Podías haber acabado mucho peor y sé que lo de Sara es duro, pero casi me veo en la situación de haber perdido a dos grandes amigos de la infancia. Está toda tu familia Dylan.
– No les llames todavía, necesito descansar un poco.
(Debido a los medicamentos y al estrés de su cuerpo sufrido tras el accidente, Dylan se siente sumamente cansado. Este se queda dormido en un profundo sueño.)
(23:00 PM. Un mes después del accidente de Dylan. Este se encuentra en la terraza observando las estrellas.)
Cuál serás tu vida mía, te echo tanto en falta. Debería estar allí arriba contigo y no aquí sollozando tu pérdida. Es increíble que haya salido prácticamente ileso de aquel accidente, sé con certeza que fuiste mi ángel de la guarda. Que velas por mi todos los días aunque no estés aquí presente conmigo. No sé cómo suplir este vacío que siento en mí desde que no estás, abrazar a la almohada por las noches no me sirve de nada. No puedo dormir, no puedo parar de llorar por tu ausencia. No puedo evitar mirar con añoranza y ternura todas nuestras fotos, nuestros viajes. No puedo evitar empaparlas en mis lágrimas. No soy capaz a no echarte de menos ni un mísero segundo. Sara… Mi dulce Sara. Cuántas veces me he planteado no pensar en nada y tirarme al vacío. Pero no puedo, ¡Soy un cobarde! Un cobarde enamorado que no se puede permitir el lujo de quitarse la vida, tan solo por el hecho de que sé que tu me la salvaste ese día, ese fatídico día e inmunda pesadilla hecha realidad. Sé que me salvaste ¡Lo sé! Y por eso no soy capaz a abandonar, porque quieres que siga aquí cuidando de todos. Ojalá pueda volver a tocarte, a verte, a besarte y a sentirte. ¡Te amo!
(El tiempo transcurre y a medida que eso sucede Dylan se vuelve taciturno, solitario y asocial. Todo el mundo poco a poco lo va tachando de loco, de no ser capaz de superar la perdida de su esposa. Se aísla de la gente que le quiere, que solo pretende ayudarle. Pero Dylan sólo quiere una cosa, volver a ver a Sara.)
– Cógelo, cógelo Dylan ¡Por dios!
-No te esfuerces Dani, mi hijo a perdido la razón de ser.
-No soy capaz de verlo así, es mi amigo desde los 5 años. Me rompe el alma verlo tan distinto, es como si algo se hubiera apagado dentro de él.
-Te comprendo, pero piensa que ya lleva meses sin salir de su casa. Es una lucha interna que sólo el puede librar y superar.
-¡Tengo que ayudarle!
-Eso es lo que hemos tratado de hacer desde un principio. Pero no quiere psicólogos, ni charlas, ni absolutamente nada. Sólo cabe esperar…
-Espero que algún mi gran amigo Dylan vuelva. Le echo de menos.
(7 AM. En el estudio de la casa de Dylan).
Necesito una idea que traiga de vuelta a Sara. No puedo estar un minuto más sin ella. Es eso o volverme completamente loco. ¿Pero qué hago? ¿Un holograma? Imposible demasiado complicado y además no me bastaría con solo poder verla. ¿Un busto? Demasiado simple y vacío. ¿Un dispositivo que reproduzca su voz? ¡No es suficiente! ¡Necesito poder tocarla! ¡Poder verla! Tengo que seguir pensando.
(Día y noche, meses e incluso años. Dylan estudiaba la manera de poder volver a ver a Sara. Se pasaba horas y horas en su laboratorio ideando alguna descabellada idea que le hiciese volver a ver a su dulce amada. El tiempo pasaba y el seguía solo, pero no le importaba, sólo tenía un objetivo en mente. Sólo le acompañaban sus ideas y su enorme barba. Su motor de vida era Sara.)
-¡Todo esto es un completo fracaso! Pero no puedo tirar la toalla, después de tanto tiempo ¡Jamás!
(Dylan rebusca en todos los cajones en busca de un pequeño suspiro de inspiración, hasta que abre un cajón en concreto…)
-Aquí no hay nada, sólo viejos trastos inútiles. Espera un momento… ¡Ya lo tengo! ¡Eureka!
OPINIONES Y COMENTARIOS