Si no hubiese….

Si no hubiese….

adrian lopez

18/08/2018

Capítulo-4

-Bueno, si no le importa creo que voy a hacer un parón.

– No se preocupe, señor Dylan.

– Lo siento de verdad, pero tengo la vejiga como un balón de playa.

(Dylan se dispone a levantarse. Sara qué se encontraba en la habitación, hace un ademán de levantarse. Este lo rehúsa.)

– No te preocupes mi amor, estoy hecho un chaval.

(Dylan se dispone a orinar. Mientras tanto, el ambiente se tensa, el entrevistador siente una extraña sensación al mirar a los ojos de Sara.)

-Vuelvo a su entera disposición.

– Eeeh ¡Si! ¡Por supuesto!

– Que alterado le veo, ¿Está usted bien?

– Disculpe, es que estaba mirando a las musarañas y me despisté.

– Se que es preciosa, pero no la mire tanto que entonces le tendré que echar de aquí.

(Dylan suelta una carcajada, el entrevistador se une a la sintonía. El ambiente vuelve a la tranquilidad del principio).

-Bueno, habrá que terminar la entrevista algún día; cómo iba diciendo…

(45 años atrás. 8:00 AM. Dylan y Sara se encuentran en el domicilio familiar. Este prepara unas tortitas, con su debido café, para desayunar. Ella mientras tanto escoge modelito para la ocasión.)

– Mi vida, vas a estar radiante con cualquier cosa que te pongas. Date prisa que vas a llegar tarde a tu primer día de trabajo.

– No puedo ir como una cualquiera, la primera impresión es importantísima.

(Sara llega con su conjunto hasta Dylan, siguen con la conversación, pero más cercanos.)

– Quién no se va a quedar impresionado con esa mirada tan petrificante.

– No sé… ¿A ti te pasa?

– Sabes que si Sara, llevamos cinco años casados y aún me sigo quedando embobado mirándote.

(Sara se acerca hasta rozar sus labios con los de Dylan. Esta le susurra.)

– Porque llego tarde, si no ibas a tener un buen desayuno.

– Tranquila, te espero a la hora de la merienda.

(Se funden en un cálido beso. Después de este caluroso momento, ambos desayunan y Sara se dispone a irse a trabajar a corriendas.)

– Bueno cariño marcho, luego que te cuento que tal los compañeros.

– Impaciente esperaré, recuerda que hoy llegaré un poco tarde del laboratorio. Estamos haciendo nuevos proyectos de reconstrucción de miembros mutilados, algo muy interesante. Mucha suerte mi vida.

-¡Tomo nota! ¡Me voy corriendo que no llego!

(Sara se marcha de un portazo, Dylan comienza a soñar despierto.)

– Ay Sara, mi dulce Sara. No sé qué interruptor hasta tocado dentro de mí, pero me encanta. Sé que te va a ir bien en la imprenta, eres una gran redactora. Sé que vas a triunfar, qué ganas de que vuelvas.

(Sara atraviesa las puertas de su nuevo trabajo, en el recibidor se encuentra una adorable mujer, con una sonrisa de oreja a oreja.)

– ¡Hola! ¿Tú debes de ser Sara? ¿Verdad?

– Por supuesto. ¿Y usted es…?

– Perdón por mi mala educación, me llamo Alisa, pero puedes llamarme Ali. Soy vicepresidenta de la Empresa. En breves momentos llegará el redactor jefe, el te pondrá al tanto de todo. Y estate atenta, que es tú jefe.

– Claro que sí, estoy muy ilusionada con este trabajo la verdad.

– Y más que te va a gustar, ven que te enseño tu despacho.

(Se dirigen hacia el lugar.)

– Pues aquí es. Si necesitas algo puedes hablar conmigo por el telefonillo, o si lo prefieres, ir al piso de arriba y buscar mi despacho. Al fondo, no hay pérdida.

– Tomo notó para cualquier cosa. La verdad que estoy encantada con el despacho.

(De repente alguien llama a la puerta del despacho.)

– ¡Hombre! Si te has adelantado.

– Si, al final he cerrado un par de asuntos antes de lo previsto.

(Alisa hace un gesto para presentar el hombre a Sara. Esta no jamás olvidará esa cara.)

– Este es tú jefe Sara. Su nombre es Noel.

– Alisa no hace falta que me presentes, ya sé quién es, es un joven amor de mi adolescencia.

– ¡Ah! ¿Si? Que coincidencia ¿No Sara?

– Si, la verdad que sí…

(Contesta Sara medio avergonzada e incómoda.)

-Bueno Alisa, déjame explicarle como funcionamos. Luego te paso los informes de los tomos vendidos.

– Vale perfecto, os dejo solos.

(Alisa se va. Noel se sienta en la silla detrás del escritorio y le hace un gesto a Sara para que tome asiento.)

– Antes de nada Sara, quiero decirte que éramos unos niños, y que el pasado pasado está.

– Eso de unos niños, Noel…

– Por el amor de Dios Sara, que han pasado 20 años ya. Ha transcurrido cierto tiempo, y yo ya tengo un grado de madurez.

– Igual tiene razón..

– Coge bolígrafo y papel, toma nota de todo lo que te voy a decir.

(16:00 PM. Sara llega a su domicilio. Dylan se encuentra dormido en el sofá. Sara se acerca sigilosamente hacía él.)

– Tú con tu sueño tan profundo, despierta dormilón.

– Así sí que presta que te despierten. ¿Qué tal tu día de trabajo?

– Eso déjalo para después, me debes algo de por la mañana.

(Sara se abalanza sobre Dylan dispuesta por el delicioso postre que le debe. 16:30PM. Sara se encuentra recostada en el pecho de Dylan.)

– Ahora ya podemos hablar del trabajo y la verdad que genial. Pero hay un detalle que no te va a gustar..

– Dime, no tengas miedo.

(Contesta Dylan con una ligera sonrisa.)

– Noel el de la universidad, es mi jefe.

(Al escuchar esas palabras, el rostro de Dylan cambió radicalmente.)

– ¿El «malote» del campus de la universidad? ¿En serio ese es tu jefe?

– Si, pero a ver, que parece que ha madurado.

– Siempre ha sido un descerebrado y eso no cambiará. Dentro de esa cabeza sólo hay serrín.

– No seas así, dale una oportunidad que es mi jefe.

– Porque es tu jefe que si no… Pero que sepas que no me gusta un pelo.

– Ya verás como no es tan bobo como cuando era un chaval.

(12:00PM. En el despacho de Sara. Unas semanas después.)

– ¿Tienes los informes que te pedí, Sara?

– Estoy dándoles los últimos retoques.

– Fenomenal, por cierto, quería preguntarte algo.

– Dime Noel.

– ¿Te apetecería venir a comer conmigo luego? Así una comida de empresa, después de tanto tiempo mucho tendremos que contar.

– Está bien, ¿Por qué no?

– De acuerdo, conozco un Italiano cruzando la esquina estupendo.

(13:30PM. Noel y Sara se encuentran sentados en el restaurante mientras degustan sus platos).

– Entonces cuéntame Sara, ¿Cómo te trata la vida?

-La verdad que ahora mismo estoy en mi máximo apogeo.

-Debido ah…

– Pues he acabado la carrera, me he casado y tengo un trabajo que me apasiona.

– ¡Qué agradable sorpresa! A ver cuándo me presentas al afortunado.

– Es… Es Dylan, el chico de la universidad.

– Ah bueno, era un gran chaval de aquella. El torpe fui yo al haberle pegado, me arrepiento tanto de ello. Se me ocurre una cosa, podíamos quedar los tres para tomar algo.

– Bueno.. como tú has dicho, han pasado 20 años. Seguro que lo entenderá.

– Claro que sí, siempre fue un chico muy razonable. ¿Hoy de noche os vendría bien?

– Claro que sí, Dylan a las 10:00 llega de trabajar. A las 10:30 estamos listos.

– entonces perfecto, nos vemos a esa hora en el «Daily Pub».

(10:00PM. Sara y Dylan se disponen a salir del edificio. Hay un ambiente tenso en la conversación de ambos.)

– No comprendo porque diste por sentado el hecho de que iba a querer ir con ese estúpido.

– No seas niño, madura un poco.

– Si, como que él los es mucho.

– Pues ha sido el que ha propuesto toda esta idea.

– Es todo una patraña para que bajes la guardia Sara, conozco muy bien sus artimañas.

– Deja de ponerte celoso y paranoico, ha cambiado.

– No es celoso, lo conozco demasiado bien.

(Ahí se termina la conversación, han llegado al establecimiento y Sara pide a Dylan que se comporte. Les recibe Noel).

– Buenas noches pareja, ?¿dispuestos a pasaros lo bien?

( Este se adelanta a darle dos besos a Sara, y al ulisono darle un apretón de manos a Dylan. Este se lo da receloso).

-Acercaos por aquí, he reservado la zona VIP para nosotros solos. Soy un gran amigo del jefe.

(Después de unas pocas copas el ambiente parece destensarse, aunque Dylan no termina de creerse la actitud de Noel, para él hay algo que le resulta desconfiante.)

– Y bueno pareja, ¿Ya habéis superado alguna crisis matrimonial?

– Dylan y yo no hemos tenido ninguna, estamos muy unidos. ¿ A qué sí, cariño?

– No entiendo a qué viene esa pregunta Noel, ¿Tanto te interesa el estado de nuestra pareja?

– De verdad Dylan, no seas cargante…

– No te preocupes Sara es normal, a nadie le gusta que le peguen. Por eso te quiero pedir perdón, ¿Sin rencores, amigo?

(Dylan titubea en decirle una respuesta recíproca a Noel, pero este hace caso a la mirada matadora de Sara.)

– Puede que tengas razón, tengamos un nuevo comienzo.

(Los tres alzan sus copas y brindan. Igual es verdad que Noel ha cambiado, pero Dylan sigue con una ligera mosca detrás de la oreja.)

(21:45 PM. Sara se encuentra sentada en su despacho mientras mantiene una conversación por teléfono con Dylan.)

– Hoy llegaré tarde mi amor, me he pasado todo el día en el despacho porque Noel no ha aparecido en todo el santo día y Alisa me lo ha pedido. En cuánto acabé estoy en casa.

– Vale… No tardes que tengo ganas de verte.

– En nada te veo, un beso.

– Un beso.

(Sara cuelga y prosigue con su trabajo, cuándo inesperadamente, entra en su despacho Noel en un estado de embriaguez bastante elevado.)

– ¿Noel? ¿Qué haces aquí y borracho?

– No lo soporto, en todo este tiempo me he dado aún más cuenta.

– ¿Qué dices? Vete a casa estás borracho.

– Y aún no estandolo, estoy enamorado de ti Sara, nunca he superado lo nuestro. Nunca superé que te hayas ido con ese paleto.

-De verdad Noel, vete a casa y olvidemos esto, no le diré nada a Alisa.

(Noel hace caso omiso a las palabras de Sara, se acerca hacia ella adentrandose en el espacio vital de ella.)

– Yo puedo darte el cariño que deseas y tratarte como una reina.

– Noel, me estás incomodando.

– No seas boba, déjate querer.

-Noel, aléjate de mí.

– ¡QUE NO!

(Noel coge de los brazos a Sara apretandoselos fuertemente, mientras esté intenta forzarla. Sara se defiende con una patada en los testículos dejando a Noel en el suelo. Corre con un gran pánico y nerviosismo a su casa.)

(Sara abre la puerta de su domicilio envuelta en lágrimas.)

– ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué vienes llorando?

– Noel borracho me ha intentado violar.

– ¡Te avisé! ¡Lo voy a matar!

– No de verdad Dylan, no empeores más las cosas, por favor.

– Se va a enterar esa sucia rata.

– Por favor ¡no!

(Sara corre a abrazar a Dylan, este le ofrece un sobrecogedor abrazo tranquilas ir.)

(15:15PM. Noel entra en el despacho de Sara avergonzado. Al día siguiente.)

– Sara, yo… Lo siento de verdad..

– Déjalo pasar, no ocurrió, pero de verdad no me lo recuerdes más.

(A los pocos minutos entra Dylan furioso por la puerta.)

– ¡NOEL! A ver si me puedes hacer lo mismo a mi.

(Sara lo intenta detener, pero Dylan está cegado con Noel y este la empuja contra el suelo. Comienzan a forcejear).

– Dylan, te lo puedo explicar.

– No hay nada que hablar sucia rata.

(Dylan le suelta un puñetazo a Noel que le inflama el pómulo, Noel contrarresta este ataque tirando a Dylan contra el escritorio. Siguen forcejeando y recibiendo ambos golpes. A los pocos minutos llegan unos guardas de seguridad a separarlos. Dylan al relajarse se da cuenta de cómo se encuentra Sara en ese momento.)

– Sara, perdón, me he cegado.

– ¡Déjame! ¡Me has hecho daño!

– Lo siento, no ha sido queriendo.

– Da igual, te dije que no vinieras. No quiero saber más de ti, ¡Me voy!

– ¡Sara vuelve!

(Sara huye de la escena corriendo entre lloros, Dylan intenta ir detrás de ella pero los guardas se lo impiden, no puede parar de llorar por la impotencia de la situación).

(20:00PM Dylan se encuentra en casa al borde de un ataque de nervios. Lleva sin aparecer, ni contestarle al teléfono desde el dichoso suceso. Suena el teléfono de Dylan, es la madre de Sara, se otea un atisbo de esperanza.)

– Dylan soy Almudena.

– Por fin una respuesta, ¿sabes algo de Sara?

-Si.. estoy en el hospital, ha sufrido un accidente de coche, está en estado grave.

(En esos momentos el mundo de Dylan se vino abajo, sólo quería ver a Sara.)

– Dime que hospital es y en unos minutos estoy allí.

(Dylan apunta la dirección y se dirige al hospital.)

– No me puede estar pasando esto, esto es por mi culpa. Si no hubiese hecho nada ahora mismo estaríamos los dos en casa, si no hubiese hecho el gilipollas estaría ahora mismo, besándola.

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