Caen las gasas y las lágrimas
(el algodón se me pega en
la piel
y lastima tanto como tu amor)
y en la radio pasan nuestra canción, perdón, digo,
la que solía ser nuestra canción;
porque ahora solo nos queda decir
“solíamos”
porque ya no somos, porque existimos en el pasado
y en el presente nos estamos
(me estas) doliendo,
y el futuro es una utopía
que se va alejando junto con cada gota de sangre
con cada palabra, con cada herida que no dejas de salar.
Me duele que me ames
porque solías amarme bien,
porque solías tener las manos de seda,
porque solías ser mi refugio y ahora sueles amarme con las cejas en “v”,
ahora me acaricias con las manos enojadas
y quiero correr a ti para protegerme de ti,
pero no puedo, ya no.
Solíamos reírnos de la vida
y ahora te ríes de la mía,
mientras pido entre toces, por las noches,
conservarla todavía.
Me duelen las fotografías;
solíamos congelar momentos felices,
ahora congelo las marcas que me dejó tu “amor”.
Solías escribirme canciones sin rimas
y ahora, en mi piel, se borraron tus besos
mis risas,
nuestras risas, los poemas y las citas
y el dolor que siento cuando me amas
se refleja en los azulejos del baño,
donde el piso blanco se tiñe de bermejo.
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