«El último discurso» Primera parte

«El último discurso» Primera parte

Requiem forJC

11/04/2018

Entro un poco tenso al trabajo, son las 7 horas con 15 minutos, la jornada laboral oficialmente inicia a las 7 en punto, así que ya podré imaginarme el regaño que me va a pegar el Gerente, seguido de las burlas típicas de mis compañeros.

-“Hipócritas y mediocres”- pienso mientras voy entrando y observando cada uno de sus cubículos de trabajo. Realmente no exagero al decir esto, la mayoría aquí apenas se graduó del colegio, sobreviven en su trabajo por halagar en exceso al Gerente, mientras que yo con un título Universitario y Posgrado, estoy en riesgo de que me despidan, ¿las razones?, pues, hace un par de meses atrás mi esposa murió. Como si la pérdida desde ya no fuera dolorosa, me quedé viudo cuidando a nuestra hija, Sofy. Ella tiene 3 años, así que tengo que estar enteramente al cuidado de ella, me esmero por ser un padre responsable, además en Sofy tengo el último recuerdo de mi esposa. En fin, retomando la pregunta ahora que ya he comentado mi situación, puedo responder, dado que ahora tengo más responsabilidades siendo padre soltero, mi hora de llegada al trabajo casi siempre no es puntual, a veces incluso llego con una terrible presentación. Nadie dijo que sería perfecto, pero aun así hago mi mayor esfuerzo por seguir adelante con mi hija.

Ya he llegado algunas veces tarde y he recibido reclamos por parte del gerente, es más, el otro día que estaba en el baño, escuché al idiota de Miguel comentar con Josué sobre la gran posibilidad de que me despidan. Sé que mi situación ha sido muy delicada, el propio gerente me brindó todo su apoyo y hasta ofreció pagarme un psicólogo para que me ayude, pero lo rechacé, no por soberbio, más bien por maduro, porque que nadie puede cambiar lo que ya está hecho ¿verdad?, es como cuando te enamoras y esa persona no te corresponde, pueden haber cientos de personas que te aconsejen para que no sufras, pero el dolor es inevitable, yo sabía y tenía muy en claro que mi esposa había muerto, nadie me la devolvería y mi dolor seguiría latente hasta poder “superarla”.

Bueno, he llegado a mi cubículo de trabajo, encenderé el ordenador y veré las actividades a trabajar para hoy día, no lo empecé bien así que espero que al menos con mi trabajo remediar las cosas.

-Señor Martínez por favor venga a mi oficina- dice en voz alta el gerente a toda la oficina a tal medida que todos se levantan de sus cubículos y no les queda otra que fijar su mirada sobre mí, levantándome con la poca dignidad que me queda, dar pasos lentos hasta la oficina teniendo en cuenta mi inevitable destino… ser despedido… incluso puedo escuchar murmullos que replican lo mismo que mis pensamientos por parte de mis compañeros de trabajo.

Finalmente llego a la puerta

-¡Buenos Días, Ingeniero Landázuri!-

-Siga por favor, tome asiento señor Martínez- (y extiende su mano hacia la silla donde cómodamente tomaré asiento para ser notificado de mi despido, ¿Por qué no puede ser directo y decirlo ya? Sé que es una persona muy educada, con valores y principios pero es inevitable que mi despido sea tan evidente, no sé porque quiere alargarla).

-Noté que hoy también llego tarde-

-Si… no quiero darle excusas, pero si me permite contarle de una manera muy breve fue porque el recorrido que lleva a mi hija hasta la guardería se averió hoy día, así que tuve que ir a dejarla yo mismo, me disculpo Ingeniero, pero como sabe mi hija es lo más importante para mí, la guardería me ayuda mucho cuidándola hasta las 15 horas que termina mi jornada laboral aquí, le pediría un poco de comprensión, pero estoy seguro que ya debe estar harto de mi discurso de siempre, así que si tiene que despedirme pienso que está en todo su derecho, así como mi hija es mi mayor prioridad, sé que el futuro de esta empresa es su mayor prioridad, por tal razón no merece tolerar la impuntualidad de uno de sus empleados.- Y tras decir esto, me hago para atrás arrimándome completamente al espaldar de la silla, creo que ya he sido muy directo con él y estoy preparado para que él continúe con lo previsto.

El gerente suelta una sonrisa mientras me mira a los ojos, asienta su brazo derecho en el escritorio y en seguida su rostro muestra una completa seriedad.

-Martínez, me sorprende su respuesta a una simple observación que yo le hice, incluso me pareció notar cierta insinuación para que lo despida. ¿Acaso ya no quiere trabajar aquí?-

-Se equivoca señor, me gusta mi trabajo y con firmeza le puedo decir que soy bueno en lo que hago, usted mismo podrá comprobarlo, por eso continúo trabajando, pero he escuchado rumores e inconformidades a raíz de mi problema con mi esposa, y la verdad es que ya no me siento bien trabajando en un ambiente así.-

-Le propongo algo (mientras usa un tono de negociación), como sabrá dentro de una semana la empresa cumplirá sus 25 años de funcionamiento, y necesito un discurso por parte de un empleado, mismo que debe tener una amplia trayectoria en la empresa y ser destacable en su trabajo, y, exceptuando su puntualidad usted cumple esos requisitos Martínez. Si usted logra conmover a los accionistas con su discurso, le ofrezco un ascenso lejos de esos cubículos y de sus compañeros, si por el contrario, su discurso no llega a tener la repercusión que esperamos, le daré gusto despidiéndole.-

Mi mente esta en blanco, mis manos sudorosas y me quedo con la boca abierta ante tal propuesta por parte del gerente, ¿me ha designado a mi como el encargado de dar el discurso?, yo he asistido a cada ceremonia anual conmemorando los años de la empresa, y por tal razón sé cuán importante es ese discurso, me extraña porque siempre es el gerente quien está a cargo de eso, ¿conmover?, que se cree este tipo, como voy a lograr eso, a menos que…

-Espere, quiere que yo use el fallecimiento de mi mujer para apelar a la sensibilidad de los accionistas, generar lastima y que usted se beneficie de esto, obteniendo el crédito de “gran jefe” mientras mi tragedia es comentada por todos no solo en esta oficina, ¿si no por toda la empresa? Y encima planea convencerme con un patético ascenso, ¿de qué? ¡¿De su secretario?!-

-¡LUIS!, no te he faltado el respeto para que me vengas a estar alzando el tono de voz de esa manera, quiero que te calmes y dejes de interpretar de una manera errónea mi propuesta.-

-“Tiene razón”-pienso en mi mente sin decir una palabra y respirando suave mientras lo veo intentando calmarme, quizás se deba al estrés acumulado en estos días, pero creo que aun así pensando racionalmente me mantengo en mi postura de creer que el Ingeniero piensa manipularme y usarme como una estrategia.

-Escucha Luis, (dice con un tono calmado) sé que debes estar bajo mucho estrés, pero no es motivo para que pienses de esa manera tan irracional, eres un empleado al que estimo mucho como para querer aprovecharme de una situación tan delicada y dolorosa por la que tuviste que pasar. Te voy a ser más sincero respecto a mi propuesta, conversé con los directivos y me ascenderán el día de la ceremonia, por tal razón el puesto de gerente quedará en vacante y yo ya recomendé tu nombre Luis, obviamente está en consideración aún, pero por esa misma razón quiero que des ese discurso, quiero que los sorprendas y vean ese potencial que hay en ti, ¡que conozcan la grande de Luis Martínez!-

Nuevamente, mi mente se encuentra en blanco, mi boca abierta y mis manos sudorosas, ¿gerente?, no es que no me considere capaz de ocupar tal puesto, solo que me sorprende llegar a ser gerente, a lo largo de mis años en esta empresa he adquirido ascensos y remuneraciones, de hecho estoy en la mejor sección de toda la empresa, pero realmente nunca me había imaginado ocupar el puesto de gerente, es algo alucinante…

-Está bien, debo admitir que me encuentro muy interesado en el cargo Ingeniero, tengo entendido que debo presentar mi discurso en una semana, imagino además que usted querrá supervisarlo antes de exponerlo-

-Para nada Luis, confío plenamente en tu capacidad y responsabilidad, quiero que veas a esto como una nueva etapa de tu vida. El mejor consejo que te puedo dar para este discurso es que imagines esto: “El mundo se va a acabar en una semana, y durante el juicio final Dios te ha destinado a que des las palabras para cerrar el ciclo del planeta Tierra”. Hazlo Luis, ve por ello-Se levanta y me extiende la mano, esperando un apretón de manos para concluir con la conversación.

-“Vaya motivación, me dejó más estresado y preocupado”- pienso, me levanto, estrecho la mano, sonrío y expreso un enérgico: GRACIAS SEÑOR.

Salgo por la puerta por la que entré hace unos minutos, puedo notar como la mirada de todos está sobre mí, al parecer escucharon cuando yo hablé un poco fuerte, así que seguro están especulando una discusión entre mi persona y el gerente dando como resultado mi despido, pero ¡ja! “Permiso señores, debo preparar un discurso para el juicio final…”

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