El juego de la vida

El juego de la vida

Calfu Lahuel

18/08/2024

En un vasto mundo espiritual, donde la luz danzaba en colores vibrantes y el aire estaba impregnado de una energía serena, existía una comunidad de almas en espera de su viaje a la vida física. Este lugar era un refugio de paz, donde el tiempo no tenía sentido y el amor entre las almas era palpable.

Las almas más viejas, con una sabiduría que trascendía las experiencias, llevaban a las más jóvenes a caballito sobre sus espaldas. Volaban por los cielos de este mundo etéreo, explorando paisajes de ensueño, donde los árboles susurraban secretos y los ríos brillaban con la luz de las estrellas. Desde las alturas, los mayores enseñaban a los pequeños sobre la belleza de la existencia, mostrándoles la conexión que todos compartían.

Un día, mientras surcaban los cielos, avistaron un inmenso arcoíris que se extendía como un puente entre dos montañas de nubes suaves. Era un símbolo de la transición, el umbral hacia el nuevo mundo que esperaban. Con una sonrisa, las almas mayores descendieron suavemente hacia el pie del arcoíris, donde la tierra parecía vibrar con una energía nueva.

Al aterrizar, las pequeñas almas miraban con asombro el arcoíris, que brillaba con promesas de aventuras y experiencias. Las almas mayores, con cariño y entusiasmo, animaban a los pequeños a dar el paso hacia el colorido portal. «Este es el inicio del juego de la vida», decían. «Aquí aprenderás, crecerás y descubrirás tu propósito».

Con un suspiro de emoción, los pequeños comenzaron a avanzar hacia el arcoíris, sintiendo cómo sus corazones latían con anticipación. Al cruzar el umbral, una oleada de luz los envolvió, y con cada paso, sentían que se llenaban de nuevas posibilidades y experiencias. Así, el juego de la vida comenzaba, una aventura llena de desafíos, aprendizajes y amor, mientras las almas mayores sonreían desde el otro lado, sabiendo que siempre estarían presentes en espíritu, guiando y protegiendo a los que se aventuraban en el mundo físico.

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