Soy millonario de besos,

también de muchas caricias.

Soy acaudalado de afectos.

lejos de la mezquina avaricia.

Soy afortunado en abrazos

y reconfortado en halagos.

Tengo riqueza de espiritu

y placer por lo que hago.

Tengo el querer ser humano,

cuando de humanidad se trata.

Intento también ser mejor persona,

para no caer en la envidia que mata.

Soy dichoso al poder escribir

y que el tinte de mis letras te haya tocado.

Un mundo de fantasías que inventé,

desde la sangre de mis venas que han desbordado.

Soy afortunado de saber que estás conmigo,

que compartes mis penas y alegrías.

Agradezco al cielo por tus plegarias

que renuevan mi ser día a día.

La fortuna no se mide por méritos,

sino por grandeza de esencia.

Vivir cada segundo como el último,

embebido de amor y paciencia.

Horacio Caraballo.-

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