Inició en River, mostró su máximo nivel en Estudiantes de La Plata, llegó a la final del mundo siendo entrenador de la selección Argentina en 2014. Fue una estrella gloriosa como jugador y como técnico, llevó a su selección a un altísimo nivel inculcando sus valores humanos dentro y fuera de la cancha. Hoy se cumplen 3 años de su partida física. Alejandro Sabella, un verdadero profesor.
Hace 3 años, Argentina aún no se reponía de la muerte de Diego Armando Maradona (25 de noviembre) ni de la pandemia, y cuando parecía que el año ya nos dejaba y con él se iba todo lo malo que había pasado, llegó la noticia del fallecimiento de “Pachorra”.
Fue una persona con un gran compromiso social, siempre dispuesto a ayudar al que lo necesitaba. En la trágica inundación en La Plata en 2013 abrió las puertas de su casa para ayudar a sus vecinos en el barrio de Tolosa y brindarles un plato de comida. Una de sus grandes frases fue «Poner el bien común por encima del individuo». También dijo “puedo ser popular o conocido, pero me interesa ser prestigioso. Ser conocido y popular no significa que haya valores de por medio, pero ser prestigioso sí”.
Una cualidad que tuvo muy presente fue transmitir la importancia de la conducta y los valores, por ello repetía casi como consigna: «El secreto es ser mejor persona para ser mejor jugador» decía el estudiante de Derecho.
Una persona muy querida en el ambiente del fútbol, un icono para Estudiantes. Un profesor que supo dejar su huella en cada futbolista que tuvo y supieron escuchar sus sabias palabras. Era un tipo que no regalaba elogios porque sí, pero si lo hacía era por algo…

Fue el entrenador que menos años necesitó para dirigir una final de Mundial (con 5) en toda la historia del fútbol.
Nacido y criado en la escuela de River Plate, portador de la 10 de dicho club (jugó dos año), él lo consideraba como su escuela, su etapa formativa. Fue a probar suerte a Inglaterra, donde jugó tres años (Sheffield United y Leeds United). Luego de su paso por Europa volvió a su país y aterrizó en Estudiantes para ser dirigido por un tal Carlos Salvador Bilardo (su universidad, donde se terminó de formar, según él). Aquí comenzó a alimentar una identidad de fútbol que años después pondría en práctica como entrenador. Amó y defendió al club a su club como pocos, “no sé si nací en el ’54 cuando me parió mi madre o en el ’82 cuando llegué a Estudiantes”
Logró trascender camisetas, colores, creencias políticas y permanecer vivo en el corazón del pueblo argentino. Hombre sereno, reflexivo y de bajo perfil, como lo describió la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación).
En 1988 se retiró y fue ayudante de campo de Daniel Pasarella hasta el año 2009 cuando asumió como nuevo Técnico de Estudiantes (su primera experiencia) y ese mismo año levantó la tal ansiada y difícil Libertadores de América (torneo más importante de fútbol en América del Sur). Le jugó de igual a igual al mejor Barcelona de todos los tiempos, el Barcelona de Pep.
En 2011 llegó a la selección, ocupó el banco de Zubeldía y Bilardo (como él decía) dejando triunfos importantísimos, rendimientos muy efectivos, un golpe de calidad y un mundial que nunca olvidaremos los argentinos. Llevó a Argentina a una final mundialista después de 24 años, desde ese momento quedó marcado como uno de los entrenadores más queridos por los futboleros.

Gracias por elegir a Scaloni como el nuevo maestro, gracias por sus enseñanzas.
Gracias por permitirnos soñar, el fútbol y la vida lo extrañan.
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