Se perdió en el infierno de aquel hombre que se perdió entre letras, se ha refugiado en su laberinto y no encuentra la salida, los besos son su agonía, acaba con su alma cada día.
Se enamoró de un escritor, que de noche se desvela, que la convierte en su musa, en su inspiración, se enamoró de un puñado de besos perdidos en su constelación. Acaba con su corazón cada noche, pero que puede hacer, si el lobo no sabe que Caperucita va al bosque por él.
Él esta perdido entre cenizas y de tan solo pensar en otro día le pesa la conciencia, los recuerdos, la agonía, la desdicha del desamor, la decepción, le pesa la vida, la miseria.
Ella esta perdida entre las estrellas, ama la vida, ama sonreír y los recuerdos son solo eso, recuerdos en su corazón, no piensa en el ayer, solo en el mañana.
Él la tiene encerrada en un reloj de arena amando su cintura, sus labios, sus caderas. Ella ama bailar sobre la arena, se siente luna en medio del desierto.
Él la ve como una muñeca y se siente un titiritero.

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