Abrazé los ayeres, suaves como la piel del mar. Luna de noche sin estrellas.
A veces me pregunto si me miras como yo te miro. Cuando te escucho, tu voz toca las profundidades de mi alma.
Tal vez somos lo que el día y la noche acerca cada vez con más aciertos. Tal vez.
Una vez más, mis silencios acarician suavemente lo que mis pupilas retratan a su paso.
Contigo tiene que ver esas cosas que no tiene explicación, esas que no encuentran un inicio pero tampoco un final.
No quiero otro camino, quiero reposar justo aquí. Bajo la sombra del Arce.
Si tomaras el camino a la ciudad lejana, las noches no bastará para abrazarte. Pero buscaré consuelo en las bondades del ayer, en el atardecer de un día de sol.
Expresar lo que sientes jamás arruinara una conexión real: la comunicación es lo más importante.
OPINIONES Y COMENTARIOS