Me di el lujo de recordarte, en pasearme en imágenes mentales
con palabras de encanto de óxido, pero cuándo el óxido se limpia resulta que
su brillo reluce hasta la distancia de dos avenidas de mi casa;
Y que bien me hiciste en limpiarte y sacarte del destierro; la
vasija esta vez quedo completamente vacía; tu risa y mi risa
erase el señuelo más perfecto de un atardecer de lunas de plata;
mundo… ¡Mi bello mundo estaba a tu lado!… Qué bonito fue quitar
el óxido de tu afrenta con besitos de a media noche.
¿Me recordarás?, ¿existirá en tu ser algunas añoranzas de nuestros
encuentros?… ¡Secreta mujer, tan tímida, pero, en la cobertura de sus
labios se asimila al kamikaze terrateniente, sutileza atraccional!
Cuándo me recuerdes, ¡por favor! atesórame en el pensamiento,
por que de ahí emana un toque de mi esencia sensacional…contigo
mi Ser fue auténticamente original…
– Y me di el lujo de hablar con tu recuerdo; y me di cuenta que si
éramos el uno para el otro… ¿por qué será?
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