Porque cuando el amor retumba al alma y la vuelve a tocar de una manera tan intrépida y flamante hay que escribir lo que el corazón siente. Y yo pensé haberte olvidado de la manera más fugaz posible, me obligue hacerlo porque llenabas tanto mi alma que ya dolía, y dolía mucho. Quise olvidarte porque en algún momento sentí que nuestra historia ya había llegado a su fin aunque realmente para mi siempre ha sido un punto y aparte.
Recuerdo la primera vez que te vi con otra mirada, éramos tan inocentes que no dimensionabamos lo que significa la palabra amar así la dijéramos a diario. Fuimos un polvo de estrellas colisionando en un Big Bang que se unió para crear una galaxia completa. Una galaxia pequeña y sin planetas, sin experiencia, sin aire. Era una galaxia para construir desde cero simplemente con dos miradas que se conectaron con un mismo propósito. Y con sus cimientos casi listos, otra explosión apareció y quedo casi en las ruinas la galaxia que ya tenía un tantito más de vida. El problema fue que el polvo de ambas estrellas quedo merodeando cerca de sus mismos universos y, de cuando en vez, se rozaban y encontraban entre tantas estrellas.
Y pasaron años a la velocidad de la luz y las estrellas colisionaron con otros y trataron de formar nuevas galaxias pero, simplemente eran de colores tan diferentes que el universo no permitía tal atrocidad.
Y las mismas estrellas que tanto se sentían y se veían cuando sus almas se cruzaban a través de sus pensamientos, intentaron varias veces formar pequeñas galaxias, más estás fueron fallidas.
Y… una de ellas encontró, por fin, otro polvo que dio un color interesante a la galaxia y pudo formar una nueva con cimientos aparentemente fuertes para el resto del universo.
Todo parecía indicar que ya no se encontraba con la otra estrella, pero ella en su interior si lo encontraba a él ocasionalmente en sus profundos pensamientos donde imaginaba chispas y choques eternos con su estrella más anhelada. Y así paso el tiempo y ella buscaba más meteoritos, estrellas y cometas para crear su propio universo y, entre tanto dolor y soledad, sintió una extraña energía que venía con diversos colores ya conocidos, y… lo vio. Vio a su estrella en la nueva galaxia creada pero, se sentía afuera de ella. Y así se lo encontró varias veces merodeando por ahí.
Realmente las estrellas no han construido algo nuevo, ni siquiera han vuelto a verse en el plano físico, pero se encuentran en los sueños, en los pensamientos y en algo más allá de lo mundano.
Y yo, que me hago llamar estrella, sigo creyendo que habrá un choque más fuerte que el Big Bang, que volverá a unir esos polvos que hace tanto tiempo se encuentran pero no se tocan.
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