Terror nocturno

Terror nocturno

Camille V.T

11/02/2018

Llegué y la sala estaba tranquila, eran las 8:00 am aproximadamente. No tenía idea de que iba a hacer, había mucho trabajo y mis compañeras aún no llegaban, así que decidí prepararme un café e ir a comprar un trozo de torta a la sala 1, habían pocos trabajadores, pero siempre amables, aún después de todas las perdidas seguían sonriendo.

Hace unos meses al realizarse un análisis a las vacas se descubrió un virus, era algo parecido a la rabia, pero este tenía efectos severos en las personas. La primera vez fue un trabajador del turno de madrugada que se perdió, según los colegas, fue a extraer muestras de sangre, pero nunca más llegó. Todo resulta un poco extraño, pensaron que la vaca pudo haberlo pateado, o que quizás con la oscuridad de la noche alguno de los camiones lo pasó a llevar, pero estuvieron semanas buscándolo y nunca apareció. De apoco en las noches los trabajadores se iban perdiendo y los pocos que llegaban con vida, morían a las horas y de nuevo su cuerpo desaparecía. Al principio hubo demasiada preocupación, pensaron que era el virus el que causaba todo esto, pero al pasar de los meses no le tomaron importancia.

Cuando llegaron mis compañeras de trabajo, me comentaron que Germán había desaparecido hace unas semanas, pero lo habían visto deambular por las noches en las salas abandonadas comiéndose los animales que quedaban. Esas salas se dejaron de ocupar luego que una gran cantidad de vacas fueran vendidas; no servían para la producción de leche, ya que el virus acababa con cada una de ellas, hasta dejarla en los huesos.

La semana siguiente me tocó turno de noche, el laboratorio estaba vacío, coloqué un poco de música en mi teléfono. Estaba helado, así que fui al baño a buscar mi chaqueta, cuando en la sala de mi jefa, había uno de los trabajadores llorando – ¡He! ¿Qué sucede?- le toqué el hombro y el pobre hombre parece que hubiera visto un fantasma, estaba pálido, agitado y tenía saliva en su muñeca – e…estaba ca…caminando aquí abajo y de repente un trabajador me quería comer. – esto era una broma de mal gusto, era imposible que sucediera eso – .esto es una broma Emilio, por favor, cálmate, es imposible que alguien te quiera comer, además tu vez muchas películas de terror, debe ser por eso, los trabajadores desaparecí…- había alguien en la puerta del laboratorio golpeando su cabeza contra el vidrio, intenté mirarle la cara para lograr reconocerlo, pero estaba extraño, su mandíbula estaba corrida y votaba saliva. Traté de acercarme, abrí lentamente la puerta y en un par de segundos ya estaba tendida en el piso, me quedé en silencio. Escuchaba los gritos de mi compañero, hasta que se calló. Cerré los ojos y sentí la respiración de aquel hombre en mi cuello, un dolor intenso comenzó a recorrer mi cuerpo, hasta que solo me dormí.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS