¿Qué pasa conmigo?, cuando te veo caminar por calles atestadas de miradas deseosas, parece pues que mi corazón no soporta tu belleza siendo motivo de excitaciones ajenas. Hoy y quizás mañana me odie un poco más que ayer, no tanto porque te tuve entre mi pecho danzante en mis ardientes deseos, no tanto porque siempre presta estas a mis sugerencias, pero mucho porque se que no estas únicamente en mis deseos, mucho porque sé que presta no estás solo a mis sugerencias.

Corazón mío, no juegues con lo que no es tuyo, no te resientas por lo que no controlas. Oh, corazón mío que triste te vez, hoy mas que ayer, cada día más que mañana. En constante movimiento hacia tus caderas, deslizo el mar de prejuicios por la borda, para hacerme paso a la inmensidad de tu fuego, será este solo mi momento perpetuo en el tiempo, será esta sola mi oportunidad de pasar a tu historia; de tal modo, amada mía, no saldrás esta noche sin sentir hasta la plenitud y la aberración del placer clandestinos en mi alma, porque este estado de egoísmo parece que se apodera mas de mí, y si esta habitación hablara; seguramente diría cuanta cosa no quiero que oigas.

Si, amada mía, estoy celosa y soy egoísta porque en mi fuero mas interno se que tu vida no es mía, que no puedo ser el limite que no permite tu plenitud. Oh, amada mía, no me dejes desnuda ante la verdad, desnuda ante mi desbordado amor por ti, porque si fuere este el desenlace mío en tu historia no valdría pues experiencia alguna que logre sacarme del dolor. Acepto, mi condición frente a tu condición, acepto pues lo que se escoge como lo único querido, lo único justo. Ya que no se puede obligar a un ave libre a volar dentro de un mismo cielo, porque seria procurar su muerte prematura, seria contrariar su génesis exploradora; libre de conquistas conforme está destinada a volar.

Oh, amada mía, mi único problema contigo, soy yo.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS