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El es un amigo que conozco desde los cuatro
Solía preguntarle si quería comer otra vez, o que simplemente jugáramos
La primera vez que lo vi fue a través de un acuario
A las cuatro de la tarde un día lunes, y un miércoles de un árbol colgado.

Llegaba la noche y su humor cambiaba como yo de ropa
Se quedaba mirando hacia adentro junto a la puerta abierta
Solo reía, respiraba fuerte, su mirada era vacía pero hipnótica
Mis ojos están cerrados y durmiendo, mas mi mente muy despierta.

La rutina no lo hizo desaparecer, no obstante si lo transformó
Tengo seis años y el no se ha ido, no obstante mi mente destruyó
Me mostró cosas que jamás querría ver, ni caso me hizo y me cambió.

Camino por las calles y diferentes energías, distintos colores y símbolos
Se dejan llevar por el aire hasta llegar como un imán hacia mi mente
Algo me dice que debo seguir, ni números, ni letras, ni sueños son inequívocos
Me atrevo a decir que vale temerle a lo desconocido, fuera de nuestra frente.

Nos sentimos atraídos hacia lo imposible
Fue lo que dí como un hecho
Plasmado en lo físico, reacio a lo invisible
No estoy más que perplejo.

Mi amigo se convirtió en un tipo de mujer con el pelo arañado, de vestido rojo, piel pálida y rasgada
Su actitud dulce cambió por una ira que parecía incapaz de controlar
Le conté a mi madre sobre mi amigo, pero con cordura y cobardía se cegaba
Quise ser aún más, que me identificara, ser bueno y valioso, ser algo que no me logre matar.

Los años te presentan nueva gente
Algunas buenas, otras malas
Peleé con los buenos, a los malos les dí un presente
Comprendí que soy diferente, busqué, me encontré con mi alma
Me quedé con aquellos que tienen amigos como el mío por que me entienden.

Un hombre me persigue de noche, abrigo y un sombrero
Sentado a mi lado o mirándome de frente con mirada imponente
De actitudes irreverentes, inoportunas, indignas de un caballero
Están en el jardín, la calle, una casa, y donde a nadie le importe.