El perro pastor pasea distraído por el bosque. Hacía tiempo que deseaba descuidarse un poco de sus labores, de modo que le pidió a un primo que ocupara su lugar.
Sale a su encuentro una ardilla que extrañada le pregunta qué hace lejos del rebaño. Él responde que ha dejado allí a su pariente de confianza, el lobo, pues al ser este cánido como él tendrá el mismo instinto protector con las ovejas.
—¡Cómo se te ocurre pensar que se comportará como tú! ¡corre a buscarlas insensato!
Al regresar descubre que lobo no es tan parecido a él como pensaba.
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