Cállate, solo cállate.
Déjame sola, hoy no quiero oírte.
¿Cómo podemos escapar de lo que somos? de nosotros mismos, de nuestra forma de pensar y ver la vida.
Solo cállate y déjame escapar. Deja que corra tan lejos hasta que mis pies no puedan más. Deja que corra mil kilómetros. Deja que llegue a París. No, espera, no dejes que vaya. París está muy usado. Mejor Roma. Pero ¡hey! no puedo sin ti. Tú eres yo, la parte de mí que quiero dejar ir y no puedo. La parte de mí que quiero dejar ir y necesito para hacerlo. Entonces, escapa conmigo. Correremos mil kilómetros. Iremos a Italia. Correremos un poco más, llegaremos a Roma. Y estando ahí, finalmente miraremos de lejos el lugar con el que siempre soñamos. Veremos cuanto hemos crecido y diremos: «escapa conmigo si no puedo huir de lo que somos».
OPINIONES Y COMENTARIOS