Era la persona más amable, cariñosa y dulce que he conocido, y tal como noté su presencia mi mundo se iluminó, pero en cuestión de segundos, tal que así desapareció…
Sin decir nada, más que una lágrima en mis ojos dejó. Él era eso, una estrella fugaz, un momento feliz que sólo duró minutos; como todo en la vida.
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